85,5 km, 4º24', max 167, avg 139, 2.221 kcal
Hoy fue el mejor día de la temporada. Por lo menos pa mí.
Gracias a que estoy dopau de antiasmáticos y corticoides hasta les oreyes, pasé una noche tranquilu y levanteme a ver qué pasaba. Nada, un poco de calentamientu, y a les nueve menos cinco... a rodar. Y milagru, en el alto del Infanzón... no quedé el últimu, había un puñau dellos detrás de mi. eso ya te reconforta. Igual que te anima ver a Isidro y Michael, que ayer "sólo" hicieron 160 kms y hoy estaben de murga, pero siempre apoyándome. También encontré a Joaquín, el que trabayó en el instituto de limpiador, ahora tá de administrativu, y pegai a toos los palos. Por no hablar del incombustible Chilaveru.
Dimos un paseo precious por Gijón, suave, ¡si hasta iba de los primeros! Pero amigo, en saliendo pa Serín ya fue otra cosa. En llano la gente apretó, pero atrás hicimos una grupeta guapa, y coño, voy decilo, en les subides el que tiraba era yo. Ni una sola tos, ni rastro de la afogadera, esto iba bien... siempre por detrás, claro. Así, pali pali, llegamos a Cenero, mitá del recorrido. Avituallamientu a la primera ostia, una mesiadina... y a seguir. Amigo, entrando en Gijón empezaron a doleme les pates de atrás (les de alante van en el manillar), y decidí axuntame a tres mozos que diben apaecio. Cuando de repente, en Roces, dicen ellos: "No, si nosotros ya vamos pa les Mestes..." Ahí me dejaron solu, últimu, pringao, cuando en una de estes apareció ¡Joaquín! Allí tiramos el hombre y yo por la Camocha, solos co'l motorista de la Guardia Civil que, esta vez, hay que decilo, fue el nuestro angel de la guarda, que paciendia tuvo el pobre beneméritu. Total, que cuando nos pusimos a subir a Güerces... ya bajaben la mitá dellos (Michael, Isidro y un puñau tiraron p'arriba a ver quien la tenía más larga).
Avituallamientu en la Camocha, yo ya pensaba en que díbamos pa la meta, cuando me dicen: No, home, no, si ahora salimos por Caldones". Otros 15 kilómetros más, con más subides y bajaes que la prima de riesgo. Ley di Murphy, si cabía la posibilidad de que hubiera otra cuesta... había otra cuesta. Y ojo, aparte de la gente que ya se había retirao (un buen paxu dellos), yo fui enganchando a tres o cuatro... menos al cabritu de Joaquín, que me pasó ern la última cuesta.
Total, entrada triunfal en Gijón, acordándome de los mis hermanos, y de Mano el fontaneru, que recientemente cortaron-i una pierna. Los tres últimos kilómetros, casi llorando, fueron pa ellos.
Les duches, como en la mili, a la primera ostia. Y la espicha, qué rico taba too... o qué fame teníamos. Gracies a la organización, que nunca nos agobió y se portó de maravilla con los globeros que tábamos en la cola. Hasta Emilín parecía un ingenieru de caminos. Lástima que no nos hubiera tocao ná en el sorteo.
Total, que en ciclismo no hay nada escrito. El Jueves no fui ni capaz a subir les escaleres pa dir a por la bici de lo afogau que taba. Y hoy, al final, si me dejen... hasta esprinto a meta.
Ah, y muchísimes, muchísimes gracies al club de fans y a mis niñas que me animásteis ayer en Feisbuk.