Afortunadamente, no soy yo quien escribo, porque no hay nada que escribir, solo dejar que la imaginación desgrane lugares comunes. Cómo juntar letras hoy, poco mas se puede hacer. Llueve sin piedad, tarde gris, tarde que, como dicen es Castilla, "solo vale para comerse la herencia de los suegros". Aún llovió más el martes pasado, cuando Marta se fue.Nace la tarde para echarse la manta a la cabeza, para taparse con la almohada, pero afortunadamente Marta no nos lo va a permitir.
No se puede decir nada en esta situación, ¿qué vas a soltar aparte del tópico? Todos hemos pasado por la enfermedad, todos pasaremos por ello una y mil veces más. Afortunadamente, no cabe acostumbrarse, nunca lo haremos, siempre nos queda la mosca detrás de la oreja.
Afortunadamente no estoy solo,Marta no está sola, todos apretais todas y cada una de las teclas, tod@s los que nos juntamos en Oviedo en aquel octubre provinciano del 77: Mabú, Teso, Begoña, Blanca, Belen... hasta Celia y Benigno teclean un poco, ahora que se ha encontrado con Marta, Pedro... y los que vinisteis después, Lioba, Cipriano, Roberto... Nos comimos la vida a sorbos, la vida nos trató bien, aunque periódicamente nos aplicase, a todos y a cada uno de nosotros, (recordemos ahora a cada uno de los nuestros que ya se fueron, a mi en la persona de mis dos hermanos), el "mememto mori" que se aplicaba a los césares en el momento de triunfo. Y si sigo tecleando es porque se que cada uno de vosotros guiais mis dedos y mis neuronas.
Y no nos vamos a rendir, como nos vamos a rendir, ni un paso atrás. Y cuando miremos a nuestros queridos, a nuestros hij@s (¡Y niet@s ya! Coño, ¿veis como la vida fluye?) a nuestros ancian@s, cuando ganemos medallas, premios, acabemos carreras y grados, subamos puertos y bajemos valles, cuando hagamos una fartura, cuando maldigamos porque tenemos un mal día... Bueno, Marta va a estar con nosotros, cómo no va a estar. Como Cipriano me enseñó de Atahualpa Yupanqui, "hizo dios la noche para que el inca la ganara"
No soy religioso. Para nada, cero. Cada día me hago más ateo. Pero no puedo evitar despedirme con el Eclesiastés, igual que hice en misa por mis hermanos:
"Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:
2 un tiempo para nacer,
y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
3 un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir;
4 un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
y un tiempo para saltar de gusto;
5 un tiempo para esparcir piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para despedirse;
6 un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para desechar;
7 un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
8 un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz"
y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
3 un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir;
4 un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
y un tiempo para saltar de gusto;
5 un tiempo para esparcir piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para despedirse;
6 un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para desechar;
7 un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
8 un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz"