La crónica de hoy, y la subida, van dedicadas a mi primísima Rosa Felgueroso, porque si.
- El raposu enmascarau, Javi y Presa. Presa y yo estamos preparandonos dos pa fichar por los Angeles Leikers.
Habitualmente suelo subir los Lagos de Covadonga en setiembre u octubre: mejor temperatura, llevo más kilómetros, es una espece de fiesta de fin de curso... Pero una serie de circunstancias, un extraño alineamiento de los planetas (y una cita ineludible con mi urólogo) hicieron que me plantase en Covadonga recién iniciadas mis justas y merecidas vacaciones junto con mis cuates Javier Fernández ElhermanudeChema y José Manuel Presa. A Presi ya lo conocemos, la Cubilla, Rioseco, etc... Y Javi, un par de pinceladas de presentación: 1,70ypico de altura y 71 kilos de peso, 0 grasa, nada, magro puro, pellejo, ruin como un cristo barroco (ah, y piernas depiladas, al igual que Presi). Esta falta de chicha no quita para que Javi, con sus cuarentaypocos tacos, sea uno de mis compañeros más en forma y, además, un excelente camarada de esos que aparece como el Séptimo de Caballería cuando estás colgado en la cola del pelotón.
- Redios, Javi, ¿no teníamos otru sitiu pa hacer la foto, que parecemos madrileños de masters?
- Calla y riete un poco...
Con estos mimbres salimos de Arriondas, 18 kms. de calentamiento, no podíamos dejar los coches más cerca, no. Las primeras empresas de piraguas comienzan a preparar el material para lo que, entre otras cosas, es el motor económico de la zona. En plena campaña estival, no hay paro desde Infiesto a Colombres: piraguas, karts, caballos, hoteles, restauración, guías de montaña... En blanco o en negro, declarado o bajo cuerda, registrado o no, la zona es un filón de oro permanente. Las palabras "Sella", "Cares", "Covadonga", "PicosdeEuropa", "quesu", "sidra", "fabada" no necesitan traducción. Sin ser escandalosos, los precios se disparan en verano, no hay locales libres, pueblos como Cangues o Arenas desbordan por las costuras, hay lista de espera.
- Virgencia, virgencina, quitame la Hueserina...
- Y un huevu, chaval, ¿no dices tu que no crees en esto?
Con estas reflexiones (y un par de tirones del Javi) llegamos a Covadonga, qué os voy a decir: que hay dos Covadongas, una la de la basilica, la de la batalla (¿realmente hubo una batalla, por supuesto en el monte Auseva? ¿O fue una escaramuza?), la de los 300.000 yihadistas de los cuales murieron 299.999 (algún historiador reciente ha señalado que, simplemente, no había sitio para tanto moro), la de los 300 asturianos (de los cuales sobrevivieron 299), la de la gente subiendo las escaleras de rodillas (¿¿??!!!!), la de los peregrinos (al igual que Canterbury, Fátima, Lourdes... y es que la virgen está en todos los sitios), la de los milagros imposibles (si fueran posibles, ya no serían milagreros), la de las velas, la de la Santina, "Yo conduzco, ella me guía" (Todavía lo hay peor: "Ser español, un título; ser asturiano, un orgullo", o algo parecido... La Covadonga donde mi padre llevaba el coche a bendecir y pagaba entregaba la voluntad, 2.000 pesetes por un poco de agua, más caro que ir a por agua a Vichy.
Y luego, separada por una barrera (si, señora: ahora ya hay una valla automática de metacrilato) la carretera a los Lagos, aislada del mundanal ruido (es un decir) y guardada por el servicio de taxis, 8 euros, 32 para una familia de cuatro miembros, unos lo llaman contribución al PIB, otros lo llaman latrocinio, otros trama mafiosa amparada por el gobiernin a cargo de una conocida familia con raices en el sector del transporte, una procesión de furgonetas arriba y abajo, ejército de orugas blancas, una auténtica procesionaria non-stop solo superada por fantasmagóricos autobuses centauros de la estrecha carretera. Que si ya están las pequeñas furgo taxis, digo yo que alguien podía pensar en quitar los autobuses de 11 metros. Que va, hombre, business is business...
Y luego estamos los que, como este humilde raposín, intentamos batirnos el cobre en nuestras máquinas de apenas ocho kilos de peso (bueno... la verdadera máquina está en las piernas, la sala de calderas está en los pulmones). Nada que no haya hecho antes, esta será mi octava subida. Las hay más duras en Asturias (San Lorenzo, Ventana, Cobertoria...), pero pocas más bellas (los Picos, el Aramo, el Sueve, el mar...) ni que tenga más renombre.
Y pocas con un comienzo tan puñetero, ya de salida una rampa (señora, en la mina, una ramplona) de kilómetro y pico que te advierte de lo que te espera, lasciate ogni speranza, voi ch'entrate, diezporciento, onceporciento. La rampa te dice que a partir de aquí no se toman prisioneros, ya no valen disculpas, mi capitán. A partir de aquí eres tu y el entrenamiento que llevas encima.
Y de repente veo que Presi se queda, se deja ir, Presi que tendría que ir muy por delante de mi. Y las pulsaciones de Presi que revientan , el pulsómetro lanza una advertencia, Presi, que ya llevas dos (pequeños) ictus. Así que Javi hace una vez más de angel custodio y yo me lanzo pendiente arriba, relativamente fuerte, hasta que...
Hasta que la Huesera te deja llegar a las primeras cuestas, ven a mi casa, dijo la araña a la mosca. Y tu, que eres una mosquita muerta, ves que el altímetro empieza a vibrar como una caja de ritmos en una fiesta de prau, como esos comics de la tele en los que el Coyote mete un despertador (marca ACME, por supuesto) en una olla a presión (marca ACME, por supuesto), y el pulsómetro amenaza con reventar. 12%, 13%, 15,2, el tramo más duro que he subido este año... Pulsaciones a 168 ppm en algun tramo, cuando no debería pasar de 160. Para los que no haceis ciclismo, es como si una mano invisible te cogiera la rueda de atrás y otra mano se te pusiera en el pecho y te detuviera. ¿Voy a superar este tramo? ¿Y después, lo que me espera?
Y si, superas el tramo más difícil, lo que te queda no es tan duro como la Huesera, así llamada por los huesos de los ciclistas que hay al lado de la carretera... No, hombre, es un lugar donde los pastores dejaban los animales muertos para disfrute y festin de los buitres...
- Esi Carbajo... ta pa caer... y eso que no tien ni mediu bocao...
¿Buitre? ¿Alguien dijo la palabra buitre? Tras la Huesera, antes del Mirador de la Reina (la señora estaba muy ocupada, mientras su marido buscaba el oso y el rebeco con el mismo trabajo duro con que Franco buscaba el salmón un poco más abajo) hay tres curvas de herradura de quitar el hipo, "solo" un 13% en apenas 500 metros; y al culminar, un gyapetus barbatus ( el nombre quebrantahuesos no ayuda a alegrarme el día) está observando la maniobra, chulo como un torero, a ver si este raposín, o algún que otro coleguilla, da muestras de flaqueza. No se conocen muestras de ataques del parrajaco este contra humanos; pero por supuesto, no quiero romper la estadística, así que aprieto el culo y tiro pa'alante como un cohete.
Y poco a poco voy rompiendo la dureza de los Lagos, un par de bajadas, como un tiro, aunque pasado el Mirador todavía hay algún tramo complicado. Y por fin, la explosión, primero el Enol (pasando el Mirador de la Princesa; otra que será una gran trabajadora en el futuro),luego, por fin, ya casi coser y cantar, el Ercina, aparcamiento de furgonetas por todos los lagos, madrileños de primero y segundo año ("¿Y ahora para donde?" ¿"Y ahora qué hay que hacer aquí"? ¿"Y para esto hemos subido?" "Pues vaya mierda de lagos, yo prefiero los de Finlandia") haciendo una fiesta de prau ad hoc. Fotos, un poco de bacile, por fin llegan Javi y Presi, mas fotos, besos, abrazos...
El descenso, todo (bueno, todo no; hay un par de repechos que se resisten a que te vayas por la cara) lo que subiste es ahora un descenso espeluznante, sorteando autobuses, ganado, ¡algún coche privado! (¿En qué quedamos?), llegando a tramos a ¡66 kms/h! (recordad, en unos trozos de carbono de apenas 7 kilos), bacilando a los amiguinos a los que cruzas. Dios mío, la cara que ponen estos prubinos cuando miran hacia arriba, ¿yo también tenía esa expresión de acoj... acongojado? Y de postre, Presi que ha recuperado el pulso y lanza un sprint desde Cangas. Menos mal que ya casi no le hago caso, pero después de cuatro horas no podía estarse quieto, no...
Bueno, ya van ocho veces que he subido, esta vez en homenaje a Rosa y a Iker y Nico, ocho años, los hijos de mi compañera Lorena, próximos presidentes de mi club de fans. Y con vosotr@s, sufridores de esti blog, espero que no sea la última, que todavía queda la convocatoria de setiembre.