Por aquí subió Zulle... y yo.
29 kms, 2h 09m, max 161 avg 144, 1174 kcal
Examen de fin de carrera, pa sacar matrícula después de una temporada excelente (siempre a mi nivel). Noche de hotel (cojonudu) pa dejar el coche en Covadonga. A primera hora, frío y niebla, en Arriondes no se ve ni pa cantar. Bajo hasta la Riera pa calentar, que falta hace, vuelvo a subir a Covadonga... y p'arriba.
Qué vos voy a decir de los lagos que no sepáis. ¿Cómo puedo ganar aquí Zulle y no matase, el que yera cegatu? Y de arrancada, casi tres kilómetros tipo Cotobello, con el asma haciendo de les suyes. Primer acojone, como pa decir "Yo no subo ni de coña". Y de repente, pasao el Mirador de los Canónigos... un descanso.
Si, amiguinos, de vez en cuando los lagos dan llanos falsos, baja el nivel, puedes relajar. No es lo más duro que hay por aquí, la Cobertoria ye infinitamente más perra, sin un solu descanso; Pajares ye más difícil, Cotobello no anda a la zaga, y no regala nada. Pero el prestigio que tienen los lagos se basa en el paisaje único, verdaderamente mayestático (¡jo, qué palabro!), precioso; sobre todo si, cuando se va la niebla, aparece un tímido sol que no abrasa, sino que acaricia. Y cuando sientes los rayinos de sol al llombu, soy como el buitrón cuando arranca pe la mañana.
Pero claro, ley de Murphy. Después del descanso... la Huesera. Ay, mamina; el 13%, el 14%, un 15%. La bici apégase como si tuviera Superglue; la velocidad baja, 5,9, 5,6... Si llego al 4,9 significa que ya estoy perdiu. 5,4, 5,8... y de repente estoy en el aparcamientu de la Huesera, ya fice lo más difícil. Un poco más... La curva que hay saliendo de la Huesera ye de les que dan risa floja; pero en pasándola, hay un rellano hasta el Mirador de la Reina.
Lo del Mirador ye simpático, tien su historia. La reina llegaba hasta aquí, no sé si la subiríen en brazos; y el rey diba un poco más arriba a cazar el oso, taba muy ocupau el rey, como tenía el país bien organizau... Lástima del oso republicanu de Favila. Ahora, que pa cachondu, el marqués de Villaviciosa, otru que también vivió mal: yera diputau a Cortes (así nos luz el pelo) y una vez fue a Madrid a decir algo que preocupaba mucho a los trabayaores de esti país: "En los Picos de Europa tovía hay osos. ¿Cómo que no hay osos, si tovía maté yo uno el otru día?" Y ye que hay que tener cuidao con los diputaos de Villaviciosa...
Bueno, ya sabía que si pasaba el Mirador el fin estaba al alcance de la mano; incluso hay un cachu ¡que baja!, y después, sabiendo el paisaje que te espera, no puedes fallar: el Cotalba, el Requexón, el Jultayu, el macizu central, Torrecerredo, el lago Enol... too eso sabiendo que yes el primer ciclista que subes, que todo eso que te rodea lo han puesto para tí (Serrat). Así que golpe a golpe de pedal escribo mi propio verso machadiano, hago mi propio camino al andar sin que nadie me haya regalado ni una pedalada.
Del Enol al Ercina ya ye una fiesta, un desparrame: voy cantando, saludando a los coches (que pensaríen: "esti gilipollas ta chiflau"), y al llegar al Ercina, plano como la meseta de Castilla, acelero... y empiezo a llorar. A llorar de alegría, a soltar la tensión, el miedo a no subir. Lloro por mi madre, por Marina, los mis hermanos (los que no están y el que está), por mi club de fans incondicionales (Nuria, Ana Flor y Pablo), por los cabrones del CC Valle del Nalón, que ostia a ostia y pedalada a pedalada me ayudasteis a llegar aquí, por Xuan el conceyal, que anda un poco jodíu, por Jamín, por Arturo...
La bajada ya fue derrame rock total, haciendo fotos: Les fotos que veis nun son de Google, no, son feches a güevu. Les fotos de la Huesera recuerdenme a Zulle cuando lu bajaben en coche después de haber ganado la etapa: "¿Y por ahí subí yo?"
Mi último pensamiento va con un tal Terry McSweeney, alcalde de Cork (1918), Irlanda, que murió en huelga de hambre contra los ingleses (bueno, pero Michael no estaba p'ol medio): "No son los que más castigan sino los que más sufre los que ganarán". Y yo sufrí ayer.