INFIESTU

- A misa de doce. 

105 kms, 4º 30, 23,8 kms/h, 136 ppm, max 162 ppm, 2.279 kcal.

Bueno, la temporada ya se va acabando. Hoy fue la última salida oficial del año, aunque la de mañana es de no obligado cumplimiento.  Los días se van acortando, hoy cambia la hora en toda España (bueno, en Cataluña y a inventarán algo...) y aunque el tiempo sigue siendo excepcionalmiente bueno para el ciclismo (si esto no es calentamiento global, que venga Trump y lo vea) ya toca ir sacando ropa del armario. 

En principio la etapa era fácil, La Madera- Nava- Infiestu y vuelta, sin ninguna engatada visible. Como ya es costumbre este mes, salí de casa a primera hora con candil, de nuechi, hay lechuzas que ya son casi amigas. Tranquilidad hasta La Madera, un poco de fresquillo, amanecer precioso y... a esperar, aunque alguno subió en el coche de apoyo. Se dice el pecado... 

Y como ya voy aprendiendo algo de este Grupo Salvaje (Peckinpack) me puse a cola y no di un palo al agua hasta Infiesto. Yo no hice mili, pero lo primero que se aprende es a no preguntar ("¿Quien tiene que hacer esto?" "Tu, por preguntar") y lo segundo a escaquearse. Entre semáforos, fotos, ponte bien y tate quietu, llegué con las fuerzas intactas. Y además ya se nota que en el pelotón reina la galvana, no hay ganas de hacer machadas, buen rollito, ritmo de prejubilado,  los objetivos ya están cubiertos para toda la temporada. En mejores garitas hemos lidiado esta temporada.  

 - Orquesta "Los de la fosa común al ataque"

Pero ay amigo, a la vuelta ya nos picaba al niki,somos como los buitres, con el sol en el lomo ya nos calentamos, así que Ireneo decidió llevar el grupo a gancho hasta El Berrón con la condición de no apresurarse; pero de El Berrón en adelante Ireneo decidió no hacer prisioneros y poner la directa. Sin batir el record del mundo, el colega Ire nos dió como para uno grande. Eso, los de alante, porque los Fernandón Boys quedaron con un chavalote nuevo por detrás, pobre coleguilla que pagó la novatada y fue el pinchazo del día. No obstante, Fernandón lo clavó, como siempre: "Ya los garraremos en La Madera". Y así fue. 

En resumen, jornada tranquila, pero si esto es tranquilidad, viva el caos.