Bueno, pues hoy el tiempo está ni que si, ni que no, sino todo lo contrario; tan pronto hace un solazo traido por un viento del Sur, como oscurece igual que boca de canis lupus. Tocaba entrenar cerca, por si te coge la lluvia; aunque claro, el concepto de "cerca" aplicado al valle del Caudal puede suponer una pingadura en caso de lluvia sorpresiva. No hubo tal, me tocó la ventana de buen tiempo, de cortito, calor todo el recorrido. Pero no, no acaba de romper la primavera, ni p'alante ni p'atrás.
Como el base titular Magic "Presa Johnson" me dijó hoy mas solo que la una, decidí jugármela, San Tirso para calentar, fácil. Y de repente me di cuenta de que hacía mucho de que no andaba de solanas en estas correrías, siempre acompañado por Jose, o por Andrea, o por el GC Buenavista. No solo es el tema de la seguridad ...
(y aquí entra en juego el papel de esta zoqueta ciega de cannabis que atropelló a nueve ciclistas, mató a uno, ayer durmió en casa... y se preocupa de mirar los daños de su coche.Afortunadamente, hoy ha sido arrestada)
... Hecha la parte reivindicativa, seguimos. Seguridad aparte, es que nadie sabe donde estás, a veces tienes la sensación de que te va a comer el raposu. Se puede hacer, claro que se hace, yo hice cientos de kilómetros así; pero cuando me reuno conmigo mismo, acojona. Y además, sin nadie con quien hablar, es tan aburrido...
Y allá me metí en el valle de Turón como el que se mete en la boca del canis lupus ya descrita. El día es maravilloso, pero la visión del valle es descorazonadora: donde antes había miles de trabajos y tres pozos principales por los que pasa en la Calurosa (Figaredo, San José, la Rabaldana), hoy no queda nada. Apenas se ve actividad industrial, gente currando: algún supermercado, chigres, alguna peluquería... Todo lo demás, chapado a cal y canto: La Salle, oficinas de Hunosa, centros de salud... Mira si no habrá habido aquí historia, generaciones enteras sacando el jornal del pozu. Y la Revolución, el 34, que tantísima sangre derramó, la sangre de los frailes inocentes asesinados por solamente llevar el babero que portaban los salesianos. Algún cartel habla del 36, cuarteles, barracones, los moros, el ejército, la partida, los milicianos. Y hoy me habré cruzado en todo el valle con... ¿100 personas? No , que va, a penas la mitad.
Bueno, yo a pedalear. En nuestro episodio anterior, nuestros amiguitos José Manuel y este Raposu habían subido La Colladiella por Sotrondio.Este recorrido es más suave, hasta Urbiés no se empieza a subir propiamente. Se suben unos seis kilómetros, duros pero nada matadores, a pesar de algún tramo aislado al 11%, algún 14% muy puntual (en la barriada de Urbiés, apenas una rampa de 80 metros). Al final ya sabéis que la infantería nunca retrocede; da media vuelta y sigue avanzando, así hasta casa Migio y salida por Sotrondio.
Y no, no vi ningún cartel que dijera "mozqueta", ni mezquita ni niñomuerto. Por una vez los rústicos lugareños tenemos razón, así que si decimos "Colladiella"o "La Faya" (no, señora; no tiene nada que ver con la Faya de los Llobos), asi se queda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario