(La crónica y la etapa están dedicadas a la madre de mi amiga Emi, que nos dejó el día 30 a los 91 años)
No, no penseis mal, con un par de amigos estupendos, de esos con los que puedes dar la vuelta al mundo, con los que puedes ir a la guerra y ganarla. Michael e Igor, Igor y Michael, muy parecidos, tranquilos, afayaizos (Kaja= adaptables), humildes, buenas personas, en una palabra; y estupendos ciclistas, con un CV impresionante cada uno de ellos.
Así que aprovechando una ventana de buen tiempo (¡Si! ¡En Asturias, a veces, hace sol!) decidimos arrancar Lagos arriba a eso de las nueve, tempranito, antes de que llegaran los madrileños de primer añu...
(Un inciso. El tráfico y las visitas en Covadonga ya rayan en el escándalo. Un sitio estrecho que está a punto de morir de éxito, gobernado como está por varias mafias que se reparten la tarta diciendo aquello de "entre bomberos..." Cuando en Venecia se habla ya de tornos, cuando Barcelona se hace irrespirable, aquí lleva años hablándose de teleféricos, cremalleras, etc...)
Los Lagos, en peores garitas tenemos hecho guardia (Cobertoria, San Lorenzo, Anglir...), nada que no hubiéramos hecho, yo seis veces con esta, Michael ya perdió la cuenta; e Igor, que quedó encantado, seguro que repetirá. Pero solo el nombre ya impone respeto, sea por su cercanía al santuario, sea por su cercanía al mar (ayer, entre ponte bien y estate quieto, subimos 1.300 metros), sea por lo que significa en el ciclismo clásico (el nuevo ciclismo... Ermita del Alba, Morredero, Praeres... De esto, mas adelante). Evidentemente, un paisano de Eslovenia que viene a hacer ciclismo en Asturias no puede volver a casa sin haber subido aquí. ¿O vais decime que no?
Así que allá que te va, Michael (que ya es perro viejo) tapado hasta las cejas; Igor y yo, de corto, mas chulos que un torero. Y es que hacía un poco de fres... hacía un frío del carajo, hasta los grajos iban andando. Asturias, domingo por la tarde llovió, el lunes cayeron chaparrones como para repartir... Y sin embargo, el pronóstico era favorable. Según mirábamos a los Picos, buenas noticias: cielo azul. Malas noticias, nieve a mansalva, recién caida, hay quien habla de hielo ahí arriba. La sensación no mejora cuando ves bajar a la quitanieves ya a primera hora.
Calentamiento, diez kilómetros hasta Covadonga. Calentamiento con Igor es como el valor en la mili o el sexo en los hombres a partir de los cuarenta: se le supone. Al primer kilómetro yo maldecia porque iba con guante corto y sin nada en la cabeza. Al segundo kilómetro sobraba hasta el tanga. He estado buscando en el diccionario esloveno- asturiano por la palabra "calentamiento" y es como el masters de la Cifuentes o la indemnización de Bárcenas, no existe. Como Igor habla poco inglés, a ver como traduces lo de "Igor, majo, afloja un poquitín, rey, que nos queda mas mili que al palo de la bandera.
Una vez intercambiadas informaciones CCC, claras, concisas y concretas, en el cruce ("¿Podemos subir? "No sé... parezme que si... parezme que no... ni si ni no, sino todo lo contrario") se abre el portón y aparece el primer Mihura, los primeros kilómetros, 11%. Entonces tomo la decisión más importante del día, doy libertad a Igor y Mike para zurrarse y yo decido observar los toros desde la barrera. La primera curva será lo último que ví de ellos durante las próximas... ¿cuatro? ¿seis horas? Ojo, Igor y Mike nunca se atacaron, sé que se observaron mutuamente, pero nunca compitieron, subieron ayudándose uno a otro, respetándose. Uno de ellos, que es muy prudente, admitió: "Bueno... lo aguanté..."
¿Y yo? Está mal decirlo, pero ya empiezo a conocer la carretera a ojos cerrados, ya sé que tras los Canónigos la carretera suaviza, ya sé que a los 4 kms hay una cabaña a la derecha donde puedes bajar el pistón...
Y sé que luego viene la Huesera, no podian poner otro nombre, siempre positivo. Los clásicos aconsejan mirar siempre a la rueda, pero los ojos no se te escapan de lo que te viene encima, de la serpiente que se escapa hacia arriba. La ostia que te da la Huesera es como la que te da Hacienda cuando te hacen inspección. Pero lo sabes, ya sabes donde está el 18%, ya sabes que si das la primera curva ya lo tienes hecho. De eso nada, monada, de la Huesera sales a tres curvas de raqueta donde parece que las leyes de la física sobre tiempo y (sobre todo) espacio se suspenden sine die.
Pero ya sabes que en el Mirador estás tocando el cielo con las manos, que "sólo" te quedan por delante varios tramos al 13%; así que relajas y empiezas a vacilar, y a hablar con todo el mundo, a meter miedo a los turistas. Así que apartando las cabritinas, un perrín que pesaba más que yo y unas cuantas vacas vamos progresando. (Igor, que ye muy educado, preguntaba si estábamos en Calcuta). Ojo, sabéis que la Asturiana de los Valles habla tres idiomas y lleva pistola, pocas bromas. Hielo, no os voy a decir que fuera el iceberg del Titánic, ya había pasado la máquina, pero hay un dedito que, afortunadamente, se quiebra al paso de la rueda.
Y cuando llaneas, por fin, el premio. Todo el Macizo Central para ti solo, Cotalba, Requexón, al fondo Peña Santa, cógelo con la mano (¡no, coño, que está frío!). Por fin empato con Igor y Michael, tranquilos como si hubieran empezado ahora mismo. Primeras fotos, primeros vaciles con los turistas. Y luego el premio, el lago de arriba, somos los primeros, te sientes como Perico, Millar, Zule, Jalabert, Herrera, Rincón, Quintana (por aquello de los escarabajos... Es Carbajo... Vale, no lo haré más, los puedo contar peores). Parece que los turistas aplauden, los taxistas emiten comentarios de admiración ("Hay que estar llocu"... "Luego dirán que hay muchos accidentes"... "Pues el pequeñu en la Huesera estaba acabau...")
Y ya toca bajar, por lo criminal, guardandose del frío (¿quien dijo que el sol del medio día calentaba?), llegamos a Covadonga, donde tenemos que apartar a los turistas que suben, a los que bajan, a los que pueden circular a 10 km/h, a los que están parados, a los que ya han abandonado el coche y se marchan a pie, a los internos, a los mediopensionistas.
Como no teníamos hambre (Igor haría las delicias de cualquier abuela asturiana. Da gusto verlo comer), y tras partirnos de risa en el Casino de Lieres (donde,os juro, no había ni un turista -estaban todos en Covadonga- ni un madrileñu) fuimos a visitar les Praderes, para que Igor pueda decir en Eslovenia dentro de tres meses, cuando la Vuelta, aquello tan original de "Ahí estuve yo".
El nuevo ciclismo, televisión, negocio, dinero, business. Los ciclistas no importan. Una carretera que mete miedo solo con mirarla. Hombre, lo de carretera es como el masters de Cifuentes, hay quien dice que existe. La asfaltarán quince días antes de la etapa, la olvidaremos al dia siguiente, son esas etapas que no están diseñadas para los cicloturistas ¿Quien había oido hablar de el Angliru hace veinte años?
Pero después de todo, hoy fuimos como los cíclopes que salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo. Que nos quiten lo bailao. Como decíamos en la OJE, "Con nosotros, quien quiera; delante, quien pueda; detrás, los demás".
Y hoy volvió a llover.