Clase de Derecho en una facultad de los años ’90, de
aquellas aulas de trescientos alumnos en tropel. Primer día, el aula a
reventar, no cabe ni una alfiler. Y de repente llega ella, melena al viento
sujeta por las gafas de sol, pulseras, pendientes enormes, escote generoso, la
minifalda apenas es un rodillo de cocina, zapatos de tacón de aguja que marcan
el taconeo como el tambor de Infantería; bolso como una tienda de campaña en el
que hay de todo menos material para tomar apuntes, Chanel como para perfumar toda la Facultad. Y entre codazos y empujones,
se arregla para llegar a la primera fila donde se sienta cruzando las piernas.
El catedrático la mira desde la tarima y ya se empieza a poner nervioso viendo
todo aquello. Y empieza a dictar la lección del día:
-
- - Primera lección, introducción al Derecho.
Y la moza estira la mano para que se la vea y pregunta:
-
-
Profesor, ¿podría repetir, que no lo entendí
bien?
Y el cátedro salivea, se frota las manos y dice por lo
bajini:
-
. Joder, que bien, encima, tonta…
* *
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Examen de Literatura en la misma universidad. Examen de los
de antes, oral, con tribunal, tres fieros catedráticos de campañillas. Hay un
estrado para los candidatos y un banco corrido para los aspirantes que se van
moviendo según son llamados. En el estrado, una prima de la moza anterior.
Pregunta:
-
- ¿Quién escribió el Tenorio?
La buena moza no había ni mirado para el libro, así que se
queda en blanco. Del extremo del banco, un aspirante susurra al siguiente por
lo bajini:
-
-
Zorrilla…
Y el siguiente a próximo, y este al de al lado, Zorrilla, y
este al de más allá, y este al penúltimo, hasta que el mensaje llega al
aspirante que esta aenas a un lado de la buena moza. Y este suspira la
respuesta:
-
- Zorrilla…
Y la moza se vuelve indignada con un movimiento de melena y
ruge:
- -
¡¡Y tu, cabroncete!!
* * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Dos amigas se sientan a hablar de sus cosas en una tarde de primavera.
Cuando ya hay confianza, una dice a la otra:
-
- - Ay, fía… tengo aquello como el campo del Valladolid.
-
- ¿De verde y florido?
-
- No, hija… de Zorrilla.
* * * * * * * * * * * * * * * * *
Dos amigas se sientan a hablar de sus cosas en una tarde de primavera.
Cuando ya hay confianza, una dice a la otra:
-
-
Ay, fía… tengo aquello como el campo del Valencia…
-
- ¿De verde y florido?
-
- No. De que Mestalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario