125 km, 6h 52m, avg 144, 3734 kcal. Cuevas-La Raya 1h 14m
En el capítulo anterior, Xuan y yo habíamos picádonos en Ladines a ver quien mexiaba más lejos, y la cosa quedó así. Pero hoy fue el desempate final: Xuan sube mejor que yo, llanea mejor que yo, aguanta el calor mejor que yo, y pa encima, cuando va haciendo fotos, tovía se rie. A todo esto juntose Velino el buenu pa que no nos despeñaremos por Riofrío. Mérito doble: los dos estuvieron tomando cubalibres hasta altas horas y fue cuando Velino sacó lo que se llama el coraje del holandés: "Yo voy con vosotros como ta mandao a les ocho la mañana". Hay que aclarar que eren la una y pico y ya diben por el quintu cubalibre.
La subida a la Collaona fue de lo más divertio: borrachos en retirada, borrachos en cuneta, coches ruedes arriba, la grúa de Mapfre y el misil amarillo, Oli, que subió con una pierna lo que nosotros no podíamos con tres. Y de Cabañaquinta hasta arriba la friolera de 27 kilómetros, aparente y sorprendentemente fáciles hasta Cuevas, donde paramos a repostar (¡¡Si!! Yo llevaba chocolatina y bote, aunque lo del bote tuvo un final inesperado). Pero amigo, de Cuevas p'arriba se acabó el carbón. Empieza a picar la carretera unos cuatro desesperantes kilómetros, no se avanza, la bici va pegada al asfalto, apetece dar la vuelta. Pero no sé como logro llegar a pie de subida (algún cachondu puso unos carteles de "Puente Baxu" y "Puente mediu". Tovia estoy buscando el de "Puente arriba") y ahí parece que remociqué un poco. Pasamos les viseres de piedra (¿Cómo podía Xuan dar pedales y hacer fotos y subir con un solu brazu?) y ay, mamina, la cuesta de Riofrío, Veli diz que al 14%, después de casi cincuenta kilómetros. Menos mal que ye relativamente corta y subes por amor propio. Y después del Fielatu, un mini san Tirso: Tres kilometrinos aparentemente fáciles hasta arriba. Cuando ya estás hechu polvo y crees que no se puede más... aparez Paco ¡esprintando! Y llegamos, no sé si por lo civil o por lo criminal, o por orgullo, la condición física está aún un poco escasa. Después llegó Isidrón en plan ONG con unos amiguinos que había recogido por tou el puertu. Besos, abrazos, cuanto nos queremos, yo estaba en esi momento bebiendo por el bote... Y olvidóseme allí. ¿Veis porqué no quiero llevar bote?
El regreso fue patéticu, quedé sin gasolina en Cabañaquinta Y Veli y Xuan tuvieron que dame relevos hasta Sama, aunque hubieran querido dame un empujón a la cuneta, bendita paciencia. Qué os voy a decir, sin ellos no hubiera subido, así que tengo que estar muy agradecidu a los dos.
Les fotos: los tontos del bote, Xuan haciendo fotos (¡Y riéndose! ¡En la cuesta!) Veli sacando la lengua como si fuera la telefonista erótica, Veli y yo que parecemos escapaos como el Eschlek y el Contador, y la foto de Cuevas donde, os juro, hay una chocolatina.