- GC Buenavista visitando el Posu sotón.
87 kms, 4º16', 20,2 kms/h, 137 ppm, max 162 ppm, 2.182 kcal.
Táctica utilizada (diseñada por Herrerita): "Balones al río, que los mis fios (hijos) están en casa..."
Hoy era día que parecía que no tenía que pasar nada, Candás, playita, poca distancia, sin puertos... Pero resulta que el Presi tenía gana de jota. Ya sabéis, en el Buenavista no se corre; se vuela.
Como ya es habitual, a la salida quedé más solo que la una, a pesar de alcanzar 162 ppm en Albandi; pero aguantando la gana de mear, y a la primera ostia que me dio Alfredo, enganché con el grupo en Luanco. Por cierto, cuando estábamos sacando la foto, algún perla dijo: "Quitaros del medio, que se vea que ye Luanco". Vamos a ver, hombre; con una barca mangada en una rotonda, ¿donde vamos a estar? ¿Delante del Puzu Carrio?
Como el Presi no tenía gana de ir hasta Bañugues, nos juntamos un grupo de prejubilados, pensando que ibamos a ir a Avilés por lo fácil. Ya te oí, navaya. El Presi empezó a buscar los hatajos, caminos, caleyas, repechos (repechos, muchos repechos hoy) y cuando nos dimos cuenta estábamos en una engatada que no la quiero yo para el gato de Marina, Berlusconi (Por cierto, al gato de Marina le gusta la cerveza, porque dice "Mahou, Mahou" todo el tiempo). Resulta que el Presi estuvo pidiendo hace tiempo por esta zona (si no, a ver de donde van a salir les perres; Jesús es de los que saca dinero hasta de debajo de las piedras) y conoce cada casa, cada parroquia, en que casa dan, en cual no...
El avituallamiento en Los Campos fue lo más parecido al ejército de Pancho Villa visto en Avilés y parte del mundo mundial últimamente: gente que llega, gente que sale, muchos, pocos, rojos, azules, verdes; y alcohol, quien dijo que no se chumaba (beber) haciendo deporte: cerveza a espuertas, sin... y con alcohol.
La subida a la Miranda se hizo con calma, chistes, jiji jaja, buen rollito, gracias, Goyo (sí, te debo un café); pero a la bajada, cometí el error de ponerme el primero con Fernandón al lado, dandome ostias en el casco y diciendo "Da pedal, da pedal" a cada manotazo. Baste decir que llegué a ponerme a 59,5 kms/ h. O eso, o aguantar a Fernandón.
Y otra engatada más del Presi; cuando vuelta por Tamón y el valle de Guimarán. Por si no teníamos poco, entrando en Gijón vimos a dos sujetos subversivos en bici cargando cada uno los que a mi me parecieron 200 kilos; ¡y ella en sandalias! Resulta que como son alemanes, Conchi aprovechó para pulir el idioma, que lo tiene un poco abandonado. Y así, rodando, rodando, cuando yo creí que se acababa, estábamos delante de en Decathlon.
Total, jornada que se prometía tranquila, pero esa palabra no existe en el diccionario del GC Buenavista.
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