Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







lunes, 14 de octubre de 2019

CACHINOS DE MINA: RAMÓN.





RAMON







Voy tomar el cafetín, esto ye el mi viciu… y años… tengo tres más que tu madre, ya son noventa, déjame tocar madera. Y la insignia del Langreano, que ye de oro, esta muere conmigo. 


Joyeríes, claro, la de Redondo, que fue donde empecé yo; Felgueroso ye muy posterior a lo mío. Estaba Corias, Maximino, el que tenía en Ciañu y en Sama. José Luis estaba en la plaza la Salve; y Delestal, que José León el poeta era sobrin de ésti que tenía la relojería en Ciañu. Alimentación, boutiques, de aquella no se llamaben así, pero mira Ceferino el de la Sala, Julio el de la Parra y Ceferino Sanfrechoso, cuánto peleó por Sama... Y ye que a los mineros y al resto de la gente gustába-yos comer bien, Vicente Mateos, Jandrín Canga… Y luego pa la ropa ya ni te cuento, venía gente de Laviana, de Bimea, de El Entrego… Lo de ir a Oviedo a comprar ropa que hay hoy ya lo teníamos aquí haz cincuenta años, los sábados por la tarde era exagerao, cuando había comuniones pa Ramos… Y date cuenta si habría puestos de trabajo, mira el Mapa, que tien cinco pisos; Castaño, que tenía motiles, aquelles mozes que no queríen estudiar, o teníen que metese a trabayar pronto, y tenía igual veinte motiles haciendo uniformes pa la Policía Municipal, pa la Guardia Civil, pa los paisanos, que de aquella hacíense los pantalones a medida. Y Andrés el sastre tendría otres quince, en la calle Dorado, de una calle a otra, entrabes por adelante y salíes a la [calle] general, y iben a repartir los viernes con unes cajes enormes.


Tu date cuenta que al lao de la plaza del ayuntamiento estaba Castaño, Escudero, el Mapa, Escudero eren otros cuatro pisos… En frente Ridruejo, qué edificio más guapu, hasta que lu tiraron… La Casa de las Medias, y el Siglo, que ella murió hace poco. Tu date cuenta de que llegó a haber diecinueve sastres, había que hacer la ropa por encargu, no ye como ahora. Tiendes de electricidad, Del Amo, Magosa, Mario Villa, claro, los mineros queríen lavadores, televisiones… y luego estaba el hermanu, Nito, al lao de la biblioteca. Al lao míu estaba la pastelería de Juaquín. Tu date cuenta que Maxide tenía comercio, zapatería, y vendía lo que y pidieras. Él tenía tienda y luego vendía en los mercaos, y luego empezó a vender condones a la salida del pozu.  Fíjate qué mercao había que venía uno que era Donanfer, el Emperador de los Bolígrafos, y venía vestíu de explorador, pero realmente llamábase Fernando… 


Tu fíjate que lo que tienen ahora en Oviedo, les grandes superficies, ya se empezó a hacer aquí haz muchu tiempu, mira el cine Felgueroso, que tenía al lado cafeteríes, tiendes… 


Yo soy de les Pieces, y mi madre andaba vendiendo por los mercaos, y ahí aprendí yo a tratar con la gente. A mí nunca me gustó engañar a la gente, yo ya sabía el que quería un reloj mejor, peor, yo ofrecía y veía el que quería gastar más, gastar menos… El mi hermanu Pepe metióme con Redondo porque yo ya quería empezar a trabajar de joven y ahí empecé yo de aprendiz, en la que tenía aquí, otra que tenía en La Felguera, que subíamos a comer corriendo, y a les tres ya estábamos otra vez trabajando, y yo encantau… Y hay una cosa hoy en día que yo la comentaba con Amparito, que a mí tovía la gente me saluda y me diz, mira, esti reloj ya te lu compré haz no sé cuántos años, y tovía funciona, y nadie me pon mala cara. Los mineros compraben mucho un reloj que se llama, que tovía lu hay, Roscoff. Los mineros teníen mucho poder adquisitivo. 


Y eso que yo estuve en la mina dos años y pico, pero eso tien su porqué, era pa no ir a la mili; yo puedo decir que estuve dos años en la mina, y no cogí una pala, ni una pica, todo de llaves, yo estaba de tuberu en Escobio, detrás de Ciañu. Voy contate una anécdota: yo tenía una gana de licenciame que no había. Y un día bajaba un pariente que era vigilante, y yo estaba arreglando con les llaves, y pasó el mi pariente con el ingeniero, y dijo, oiga Ramón, tengo entendido que tiene mucha gana de terminar… Así que tenga cuidao, no sea que lu mandemos pa la mili. Había alguno que se portaba mal, y mandábenlu pa allí. Y yo andaba derechu. 


Cuando cumplí de la mina yo trabajaba con Solar, y me establecí, y hubo uno de la profesión, no te voy a decir quién, y ya me preguntó, “¿Tú crees que estás preparau pa estar detrás del mostrador?” y dije, bueno, ya se verá… Y él quedó, y yo subí. 

Sé una anécdota tuya que a mí nunca se me olvida… nunca. Tu eres muy revolvín de guaje, y estabes too el día por el bar de tu güelu, era cuando estaba Luz, y Luisa… Y paraba mucho un ingeniero, don Braulio, y Albino, el farmacéuticu de Ciañu, y don Braulio estaba siempre fastidiándote. Y dijo él, mira, como yes buen chaval vamos date… y sacó una moneda, y tu fuiste a por ella, y rás, quitótela… y pusotela delante otra vez, y volvió a quitátela… Y a la tercera dijiste tú, que lu coja tu… bueno, lo que fuera



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