RAMON
Voy tomar el cafetín, esto ye el
mi viciu… y años… tengo tres más que tu madre, ya son noventa, déjame tocar
madera. Y la insignia del Langreano, que ye de oro, esta muere conmigo.
Joyeríes, claro, la de Redondo,
que fue donde empecé yo; Felgueroso ye muy posterior a lo mío. Estaba Corias,
Maximino, el que tenía en Ciañu y en Sama. José Luis estaba en la plaza la
Salve; y Delestal, que José León el poeta era sobrin de ésti que tenía la
relojería en Ciañu. Alimentación, boutiques, de aquella no se llamaben así,
pero mira Ceferino el de la Sala, Julio el de la Parra y Ceferino Sanfrechoso, cuánto peleó por Sama... Y ye que a los mineros y al resto de la gente gustába-yos comer bien, Vicente
Mateos, Jandrín Canga… Y luego pa la ropa ya ni te cuento, venía gente de
Laviana, de Bimea, de El Entrego… Lo de ir a Oviedo a comprar ropa que hay hoy
ya lo teníamos aquí haz cincuenta años, los sábados por la tarde era exagerao,
cuando había comuniones pa Ramos… Y date cuenta si habría puestos de trabajo,
mira el Mapa, que tien cinco pisos; Castaño, que tenía motiles, aquelles mozes
que no queríen estudiar, o teníen que metese a trabayar pronto, y tenía igual
veinte motiles haciendo uniformes pa la Policía Municipal, pa la Guardia Civil,
pa los paisanos, que de aquella hacíense los pantalones a medida. Y Andrés el
sastre tendría otres quince, en la calle Dorado, de una calle a otra, entrabes
por adelante y salíes a la [calle] general, y iben a repartir los viernes con
unes cajes enormes.
Tu date cuenta que al lao de la
plaza del ayuntamiento estaba Castaño, Escudero, el Mapa, Escudero eren otros
cuatro pisos… En frente Ridruejo, qué edificio más guapu, hasta que lu tiraron…
La Casa de las Medias, y el Siglo, que ella murió hace poco. Tu date cuenta de
que llegó a haber diecinueve sastres, había que hacer la ropa por encargu, no
ye como ahora. Tiendes de electricidad, Del Amo, Magosa, Mario Villa, claro,
los mineros queríen lavadores, televisiones… y luego estaba el hermanu, Nito, al
lao de la biblioteca. Al lao míu estaba la pastelería de Juaquín. Tu date
cuenta que Maxide tenía comercio, zapatería, y vendía lo que y pidieras. Él
tenía tienda y luego vendía en los mercaos, y luego empezó a vender condones a
la salida del pozu. Fíjate qué mercao
había que venía uno que era Donanfer, el Emperador de los Bolígrafos, y venía
vestíu de explorador, pero realmente llamábase Fernando…
Tu fíjate que lo que tienen ahora
en Oviedo, les grandes superficies, ya se empezó a hacer aquí haz muchu tiempu,
mira el cine Felgueroso, que tenía al lado cafeteríes, tiendes…
Yo soy de les Pieces, y mi madre
andaba vendiendo por los mercaos, y ahí aprendí yo a tratar con la gente. A mí
nunca me gustó engañar a la gente, yo ya sabía el que quería un reloj mejor,
peor, yo ofrecía y veía el que quería gastar más, gastar menos… El mi hermanu
Pepe metióme con Redondo porque yo ya quería empezar a trabajar de joven y ahí
empecé yo de aprendiz, en la que tenía aquí, otra que tenía en La Felguera, que
subíamos a comer corriendo, y a les tres ya estábamos otra vez trabajando, y yo
encantau… Y hay una cosa hoy en día que yo la comentaba con Amparito, que a mí
tovía la gente me saluda y me diz, mira, esti reloj ya te lu compré haz no sé
cuántos años, y tovía funciona, y nadie me pon mala cara. Los mineros compraben mucho un reloj
que se llama, que tovía lu hay, Roscoff.
Los mineros teníen mucho poder adquisitivo.
Y eso que yo estuve en la mina
dos años y pico, pero eso tien su porqué, era pa no ir a la mili; yo puedo
decir que estuve dos años en la mina, y no cogí una pala, ni una pica, todo de
llaves, yo estaba de tuberu en Escobio, detrás de Ciañu. Voy contate una
anécdota: yo tenía una gana de licenciame que no había. Y un día bajaba un pariente
que era vigilante, y yo estaba arreglando con les llaves, y pasó el mi pariente
con el ingeniero, y dijo, oiga Ramón, tengo entendido que tiene mucha gana de
terminar… Así que tenga cuidao, no sea que lu mandemos pa la mili. Había alguno
que se portaba mal, y mandábenlu pa allí. Y yo andaba derechu.
Cuando cumplí de la mina yo
trabajaba con Solar, y me establecí, y hubo uno de la profesión, no te voy a
decir quién, y ya me preguntó, “¿Tú crees que estás preparau pa estar detrás
del mostrador?” y dije, bueno, ya se verá… Y él quedó, y yo subí.
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