Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







jueves, 27 de junio de 2019

LA CUBILLA. (PEÑA UBIÑA, CAMPOMANES)



"Donde no llegue lo necesario, que llegue la constancia" (Alumn@s del IES "La Quintana")


Táctica utilizada: "Táctica Hunosa", apretar un huevu contra otru (10 primeros kilómetros) Después, los otros 18, la "Táctica Miranda", que le decía  a la mula: "A finu ganarasme, pero a neciu..."



Hoy tocaba subir la Cubilla porque si, porque hacía dos años que no subía; y como la Cubi va a servisitada por La Vuelta, algún colega ya me había vacilado... y él mismo se había quedado sin subir. Pero donde hay un deseo hay un camino, y allá que nos fuimos un servidor y mi colega de aventuras José Manuel Presa, al que conoci en la APYMA del instituto. Por cierto, Presa y yo estamos dudando si aceptar una oferta de la NBA...

Por hacernos los listos, salímos desde Ujo, teóricamente para calentar unos kilometrinos. Lo que todavía no sabíamos era que estos ocho kilómetros, a la vuelta, se nos iban a hacer eternos. Calentamiento, como los pro. Y los primeros kilómetros, ay qué fácil, casi llanos, casi sin subida, que bien, diez kilómetros desde Campomanes apenas sin esfuerzo. 


- ¿Veis la carretera ahí abajones?
 
Pero pasadas las ¿obras? del ¿AVE? (yo he visto cosas que vosotros no creeríais: En Castiella, en Cataluña, el otru día en granada... ¡El AVE funciona! ¡Es real!) nos encontramos con la dura realidad:  quedan 18 kilómetros, no hemos subido ni una banqueta y empiezan a aparecer curvas, contravurvas, raquetas, herraduras... Si miras para arriba, malo; y si miras para abajo y ves lo que ya has subido, peor. Vale, no hay una Huesera, un San Lorenzo, un 17% como en pajares. Pero la Cubi se mueve entre el 8% y el 11% non stop. Es un puerto más pirenaico que asturiano, hay quien lo compara con los grandes puertos del Tour. Que cada uno se quede con "su" Cubilla; pero Presi y yo pronto descubrimos que habíamos escogido mal día para dejar el alcohol. 

- La Mesa, la Artesa y la Almagrera, ya arriba.

Las vistas son excepcionales, únicas, imponentes. No os voy a descubrir el macizo de Ubiña, donde se puede practicar treking, esquí de travesía, escalada en hielo, raquetas... en invierno. Porque claro, Presi y esti raposín pasaron de la ola de calor como de las heces fecales. Hasta Riospaso la vegetación nos protegía, habíamos empezado a primera hora; pero con el paso del tiempo (e increiblemente, de los kilómetros) el sol nos pilla de lleno. El casco suda, las zapatillas sudan, el manillar suda, el maillot sobra, los guantes resbalan... Supongo que habéis visto esos botellines tan monos que llevan los pros; pero eso solo da para unosd pocos kilómetros. Afortunadamente, a la mitad del puerto hay una fuente que echa como el Orinoco, visto lo llovido a estos días. Y la Ubiña, la Grande, la inconfundible, la que vigila el Huerna... nos vigila a nosotros y dice, como en "Don Mendo": "Pobres locos. Para asaltar torreones/ solo dos Quiñones son pocos. Hacen falta más quiñones"

- ¿Veis las torres eléctricas? Pues hasta ahí subió esti raposín...

La carretera sube, sigue, se mantiene inclemente, ocho, nueve, nueveypico... Y aquí entra en funcionamiento la tácticas Shankly, el entrenadore del liverpool en los 70, que era un gran amante del boxeo: 

"Imagínate que estas peleando con Foreman, bom, bom, bom... y de repente se va la luz, y os vais al rincón los dos. Y sabes que cuando vuelva la luz va a ser más de lo mismo, otra vez bom, bom, bom...". Por eso, cuando después de Riospaso la carretera allana ¡casi un kilómetro! sabes que  todavía no has hecho nada. 

- Este es el tramo de Santo Viriquixo de la Risa Floja.

Efectivamente, después de Tuiza de Abaxu (¡Menos mal queno había que ir a la de arriba!) volvemos al ocho,  al nueve. No hay regalos. Los 28 kilómetros son de reloj: esto no se acaba, y entramos en la parte alta, que recuerda a un paisaje lunar, sin árboles, apenas unos matojos. Duele levantar la vista. Y las curvas de herradura, que parece que nunca se acaban, y cuando sales del repecho hay otro, y otro. Y cuando por fin llegas al km 27 piensas que ya está, y de eso nada, monín, el último kilómetro es una propina, un mal chiste, diseñado por un guionista de novela negra. 

La bajada, no, nada de dejarte llevar y poner proa hacía el coche. La carretera está rota, quebrada, llena de baches, como si hubiera tirado la artillería. (Ya vereis que la asfaltarán una semana antes de la Vuelta. Se admiten apuestas). La Calurosa VI rebota, marcha, salta, tiene vida propia, no obedece, menos mal que las ruedas están duras como tambores. Las manos se agarrotan de tanto frenar; y los brazos se ponen tiesos como los de un cultureta. Nada de errores, pali-pali, hay que dejarse de chorradas y mandangas (Montes dixit), no queremos hacer BTT ni crossfit ni carreras de montaña. Solo llegando a ¿lo del AVE? podemos empezar a relajarnos. 

Bueno, eso Presi, porque yo he apretado las zapatillas a tope (no, no es una frase hecha) y duelen los pies. Hay que parar unos kilómetros antes del coche para aflojar. 


                                              - Al fondo la Ubiñona, la Ubiña, la Ovina...

El tramo de Campomanes a Ujo (¡Coche! ¡Ropa limpia! ¡Aire acondicionado!) se convierte en esas películas de Rambo, el que inventó lo de "No siento las piernas" debió haber subido la Cubi. El último kilómetro es como el final de "El Expreso de Medianoche" cuando quieres que Billy Heyes escape de una p... vez y no hay manera, y cuando atraviesa la última puerta respiras aliviado. 

Y ahí está, casi seis horas después y 1350 metros de desnival, ya está hecho. Y cuando llegue la Vuelta podré decir: "Yo estuve ahí". Y algún colega envidios@se está mordiendo las uñas... 
 

sábado, 22 de junio de 2019

GIJON-VILLAVICIOSA- ANAYU-COVADONGA.


"Parece imposible hasta que se hace" (Alumn@s del IES "La Quintana")

Hoy tocaba machada, ya llevaba tiempo caciplándolo, desde que Marina empezó a tomar esta ruta para ir caminando a Villaviciosa. Yo ya la conocía parcialmente de mi etapa anterior en la Villa (así, la Villa; y punto), incluso lo pateé con Marina y su mariachi un solo año, y pude comprobar entonces que Regalado había muerto tiempo atrás. Quería hacer este valle pero, uno por otro, la casa siempre estaba por barrer. Hasta que hace quince días hice una exploración aproximativa (O una aproximación explorativa, como queráis) y zas, como con esto de las vacaciones y los días largos uno se anima. así que fijé fecha y hora. 

Hora, de las mías, de las tempranas. No, no salí a las seis, pero... casi. A las ocho ya estaba en el Infanzón, casi a ciegas, tan a fondo conozco la subida. Y en Arroes tuve mi primer golpe de suerte, encontrarme con Amanda, una ciclista como la copa de un pino que me ayudó a pasar Venta Les Ranes y llegar a El Pedrosu. Porque la táctica de Amanda es infalible: habla casi tanto como yo, así que sin darnos cuenta  llegamos a Villaviciosa sin apenas despeinarnos. (Bueno, eso ella...). Mandi siguió hasta La Campa y Sariego (Hoy "solo" hacía 78 kilómetros) y yo me puse a atacar el valle de Breceña utilizando la táctica Mc Arthur: de trinchera en trinchera. 

Esta parte del concejo de Villaviciosa es la gran desconocida, salvo para los caminantes que van a Villaviciosa por el llamado camín del Garrapiellu. . Empieza en las estribaciones de Cubera con la subida a Fuentes, al Llavanderu, Collada country, donde yo fui alcalde de Villaviciosa una noche (un par de cerveces y os lo cuento),  primeras subidas, primer golpe de realidad: 10%, 10,5%...  La carretera empieza a buscar el Altu la Llama, el Sueve...

La zona es preciosa, inigualable, fértil... El verde duele. Si tiramos una bolsa de "gusanitos", dentro de una semana tendremos una pumará; si enterramos el vasu, dentro de diez días tenemos una caja de sidra Cortina. Las vistas, el Sueve al frente, el mar a la izquierda, relajan (cuando puedes darte el lujo de quitar la vista de la carretera).  El problema es que la zona está despoblada, salvo por maderistas o veraneantes de fin de semana. Los raposos están de fiesta de prau permanente. Les vaques hablen cuatro idiomas; los jabalíes gasten navaya (y saben como usarla) y les pites tienen que ir con arnés de seguridad para no caer. 

Porque la zona se las trae. La entrada a los pueblos es casi siempre igual: subida, repechito, bajada y nuevo repecho hasta el pueblo siguiente. Así van cayendo Breceña, Sietes, Anes... Lo de Coru es casu aparte. Del cartel de entrada al de salida hay casi dos kilómetros y apenas tres casas. Y la cuesta... lo más duro hoy, una cuesta inmisericorde, calvinista... 11,9%, no llegué a ver el 12, pero os juro que estaba ahí, cuando la Calurosa amenaza zapicar y tirarme hacía atrás y apetece poner cuerdas fijas. ¿Algún descanso? Si, para luego continuar el castigo, la táctica Foreman, bum, bum, bum...  

- Col de Anayet

Menos mal que pasado Sietes la zona allana y llego hasta Anayu esprintando, a medio camino. Ahora, tras las fotos, toca bajar a Miyares y Borines. "Solo" quedan... cuarenta kilómetros, y la aguja del depósito empieza a descender. Como la chocolatina encima de la bici como el canibal al misionero; no recuerdo si quité el papel. Y beber, yo que nunca lo hago, es un suplicio obligatorio. Villamayor, Arriondas, Cangues... voy a buen ritmo, pero de pronto se enciende el piloto de la reserva, las piernas se niegan a seguir haciendo de pistones, el corazón quiere escaparse, las costillas amenazan con descoserse. Si, ver la basílica motiva, pero... ¿os acordais que para acabar hay un kilómetro y pico de subida? Si me ven los náufragos de Forges estarían orgullosos; pero entonces aplico la técnica Hunosa, consistente en apretar un huevo contra otro y, sobre todo, que nadie te vea que estás jodido. Y subo, claro que subo, por lo civil, por lo criminal, por el juzgado, obligando a los peregrinos a que me aplaudan. Y yo, que no soy así como muy católico, por una vez... por una sola vez... 5 horas y veinte minutos despues de salir y de pelearme con 90 kilómetros, me alegro de ver la basílica.

Como Marina ha ido a recoger lo que queda de mí, es propio celebrar con una buena comida. No voy a hacer publicidad, pero es un restaurante que está cerca de Cangues debajo del llamado Picu la Vieya. Después del esfuerzo, pido "sólo" medio filete relleno de cecina y queso. Cuando llega el mamut, el medio filete es como un folio A3, o dos de los folios normales. Como sería que hubo que pedir permiso a los de la mesa de al lado para poner la tabla. Y el camarero me desafía: "Hasta que no lo acabes, no sales de aquí, vivo o muerto". Dos horas después salgo del restaurante arrastrándome y con medio filete (es decir, la mitad del medio filete) envuelto para comer durante toda la semana que viene. Y es que de Bilbao no soy, sólo de cerca. 

Y ahora, a pensar en nuevas azarías.    

martes, 18 de junio de 2019

ENTRENANDO CON CANDIL


"Andai de día, que la noche ye mía" 

(Esta crónica va dedicada a JavielhermanudeChema, que nos cruzamos hoy en Sotrondiu y es mi mayor fan bloguista)

Hay dos soluciones cuando suena el turullu a les seis de la mañana: o das media vuelta en la cama y sigues avanzado o saltes como un resorte. Tampoco es que hagas como los miembros de Opus, (hablar de "miembros" del Opus... otra parajoda. Si, señora, está bien escrito), levantar tres dedos y gritar "serviam". Pero si quieres disfrutar del amanecer no hay retroceso: primera meadina del día, vestirse de torero y, sin probar un bocado, al pozu. A les seis y cuartu el mueicin ya puede distinguir entre un pelo negro y uno blano,los que habéis estado en países musulmanes y habeis sufrido esta clase de turullu desde la mezquita sabéis de qué hablo.

Por supuesto, ni los gatos, las calles casi no están puestas salvo los primeros autobuses. Y el cuerpo, que es muy maricón, no quiere empezar a pedalear, así que hay que obligarlo, convencer a las piernas de que el descanso se acabó, reclamar aire a los pulmones, ensanchar el pecho. Ello obliga a poner las pulsaciones arriba lo más pronto posible y a coger una velocidad considerable. Al fin y al cabo nadie te persigue, la calle es tuya (como Fraga), no compites, nadie te deja atrás y a nadie vas a dejar. La alborada es toda tuya. Seis y media, siete menos cuarto, siete... y ya estás casi en Laviana. La temperatura ideal, a pesar de que Aemet anunciase hoy huevo frito con rayitas y laguito ("intervalos nubosos con lluvia intermitente a la virulé segúnsemire sabescomotedigo"). Pero los listillos del pronóstico fallaron hoy más que un alumno de EBAU que no estudió, y la mañana es de lo mejor que ha habido hasta ahora. 


- Peña Mea y la Chalana a las... a menos cuartu.

 Cuando llegas a El Condao,(no... no os voy a decir la hora para que no os asustéis) el rubicundo Apolo, o sea, el solín, empieza a iluminar la izquierda del Nalón, la Sierra Escrita, el Guanalón; y Peña Mea me desafía, venga, chulito, que hace mucho que no vienes por aquí. Y empiezan a verse los primeros paseantes que han salido de casa a una hora... digamos prudencial: amas de casa, prejubilados con o sin graduación, solos, en pareja (¿o era la benemérita?), en grupo... Hace unos años tuve un grupo de nórdicos en el insti, y no encontraba manera de explicarles la importancia del paseo fluvial, hasta que se me ocurrió traducirlo como "Cholesterol road". Todavía se están retorciendo de la risa. 

Cuando llego el tráfico se va normalizando, el pueblu se despereza. Como dice Serrat: "Vuelve el pobre a su pobreza,//Vuelve el rico a su riqueza//  Y el señor cura a sus misas.// Se despertó el bien y el mal//La pobre vuelve al portal,// La rica vuelve al rosal,// Y el avaro a las divisas". Y yo vuelvo a la ducha a la santa carrera y a desayunar (¿?) a la segunda ostia, y  a mis 54 kilos. Y, os lo juro, a currar.







domingo, 16 de junio de 2019

PREPARAIVOS





(Esta crónica va dedicada a Avelino Felgueroso, recientemente fallecido, padre de Yaiza y de mi alumno Iyán.)

Preparaivos, que empieza lo bueno, si alguna vez se fue. No se me pueden quejar, que esto es bueno y muy barato, Rubén Blades dixir. Preparaivos que vuelve este humilde raposín a dar la brasa con sus fazañas, de como se desenvolvió en ellas y de como se vio envuelto.  Preparaivos, que lleguen les vacaciones, les fiestes de prau y el buen tiempu (¡Si! En Asturias, durante... ¿dos semanas? logramos salir de la glaciación a qué estamos sometidos) y las rutas se hacen eternas y prometen un verano como nunca hubo otro. 

Llevo menos kilómetros que el año pasado, hubo de todo, gripes, asma, traba... (bueno, yo fui allí), y por supuesto, días recientes en los que hubo que entrenar con la manta zamorana, cuando al tocar la maneta del freno la mano pide misericordia o, días en los que directamente lo correcto es  dar media vuelta en la cama y seguir avanzando. Hay días de salir a entrenar con la primera luz. La hora... esa que estáis pensando, cuando todas las calles son mías y, estos días que preceden a San Juan, hago una hora a toda pastilla antes de desayunar. Resumiendo, que hay Raposu pa ratu. 

Ayer tocó la Fumareda, etapón con casi (bueno, sin casi) cinco horas encima de la bici. La Fumi fue el premio gordo, los premios de consolación fueron la Llobera (sólo el nombre asusta. Y el 10% también. ) y el Curbiellu, con su inmarcesible (¿alguien sabe lo que significa eso?) vista de Gijón.

Hoy, como tenía las patitas cansadas, fue al revés: el Curbiellu para empezar (como decía Nathan, el guaje de "The Full Monty: "¿No podemos hacer cosas normales, como todo el mundo?") como calentamiento. Subida corta, apenas un kilómetro, pero como broma para empezar ya está bien. Es la famosa táctica de "ciclismo a la primera ostia". 

El segundo golpe es brutal, demoledor, de los que daba Clay/ Ali en sus buenos tiempos. O como Foreman, bum, bum, bum, non stop, y sabes que va a ser así hasta el final. Es la Cruz de Pion, 4,3 kilómetros desde Casa Pepito. Nada que no hayamos subido...

(receso: y hoy, además...¡había sol! y calentaban las manos, y la espalda parecía la del buitrón en la caliza cuando arranca a volar por la mañana. Por cierto, ¿sabéis que los buitres, a pesar de su mala fama, son fieles a su pareja de por vida? No, señora, no me refiero a los buitres de discoteca. )

...nada imposible decía, pero en la primera curva ya marcas un diezypico por ciento, y sigues buscando piernas donde no las hay, que el día de ayer hizo mucho daño. Bueno, la primera curvona nos regala un 8% que ya no nos abandona hasta arriba. No hacen falta anglirus al veintemil por ciento, ni praeres. Un ritmo sostenido al 8,5% ya te deja derechín para toda la mañana. Eso cuando no hay tramos que llegan al 11%, o el final, cuando ya ves los carteles, al 9,7%.

Pero arriba, el esfuerzo paga la pena: los Picos, el Sueve, Peña Mea, Peña Maor, el Cabroneru... pa mi, solo pa mi. Bueno, y pa algún peregrino despistau.

El regreso a Gijón: como Custer cuando los indios, o la carga de la Brigada Ligera, estupenda película, la escena de la retirada acojona (señora: ¿qué quiere que ponga? ¿Que sobrecoge?), como el Sporting y/o el Oviedo cuando ven que no van a subir. 

Y ya os digo, con ganas y preparando la próxima azaría. Atentos, que viene curvas.