Contador y el Giro

Bueno, supongo que os habéis enterado de la exhibición de Alberto tanto el sábado como, sobre todo, ayer. Los aficionados al ciclismo de sobremesa gozamos como verderones, un hachazo de siete kilómetros que los dejó a todos temblando. Impresionantes las vistas del Etna. Saproni y Nibali ya están en el diván del psicoanalista. A lo mejor están pagando la rabia del ciclista de Pinto por todo lo que tuvo que aguantar estos últimos meses. Una belleza de escapada, con el pinteño bailando en los pedales como si fuera el Nureyev de la bici, una explosión de pura rabia. Ahora, que lo mantenga, que quedan dos semanas y la montaña prevista parece dura de narices. Lástima que nunca sabremos la verdad de lo del clembuterol.