Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







jueves, 19 de mayo de 2011

El hombre más infeliz del mundo
















Pues señor, esto yera un paisano que tenía muy, muy poca suerte, yera el paisano más desgraciau del mundo. Y estaba tan aburríu que un día cansose y decidiose a ir a preguntai a Dios porqué tenía tan mala suerte. Así que marchó pa dir a buscar a Dios.
Y metióse por un camín, y encontró un llobu que taba muy, muy flacu. Y preguntoi el llobu:
- Aonde vas, buen hombre?
Y dijo el paisano: "Voy dir a buscar a Dios". Y dijoi el llobu: "Home, si ves a Dios preguntai porqué toy tan flacu". "Bueno, bueno": Y el paisano siguió andando.
Y metiose por un bosque y encontró un árbol que taba podre. Y dijoi el arbol:
- Aonde vas, buen hombre?
Y dijoi el paisano: "Voy a buscar a Dios". Entós dijo el arbol: "Meca, si ves a Dios, preguntai porqué toy podre" "Si, home, si", dijo el paisano. Y siguió caminado, y llegó a una casa que tenía una verja, y una piscina, y una pila coches... y dentro de la casa había una muyer muy guapa, muy guapa, pero que taba muy triste. Y dijoi la muyer:
- Aonde vas, buen hombre?
Y dijoi el paisano: "Voy a buscar a Dios". Y dijoi la muyer: "Meca, entos si ves a Dios, preguntai porqué toy tan triste".
Y elpaisano siguió andando, andando, y encontró a Dios, y dijoi:
- Ah, Dios, ¿cómo ye lo mio?, que ya toy hartu de tener tan mala suerte.
Y dijo Dios:
- espera a ver que vea lo tuyo, déjame mirar el ordenador... ¿qué número de PIN tienes? A ver... si, mira, meca, diz aquí que a partir de ahora vas a ser el hombre con más suerte del mundo. Sólo vas tener que seguir andando pa tener toda la suerte del mundo.
- ¡¡Meca, Dios, vaya guay!! Oye, espera, antes de marchar tenía que hacete tres preguntes.
Y el hombre fizoy les tres preguntes y echó a andar. Y llegó a la casa onde taba la muyer tan guapa. Y dijoi la muyer: "¿Ya viste a Dios"?
- Si, y díjome que tabes triste porque tas muy sola, y necesites un hombre que te haga compañía.
- Meca... entos... - la muyer empezó a quitar la ropa- quédate aquí conmigo en esta casina tan afayaiza...
- ¡No, nun puedo!- dijo el hombre- porque dijome Dios que tenía que seguir andando.
Y dejó a la muyer allí plantá y siguió andando. Y llegó al arbol, y dijoi el arbol:
- ¿Ya i preguntaste a Dios porque toy podre?
- Si, y dijome Dios que tas podre porque fai tiempu que unos bandios enterraron un cofre con monedes en les tus raices, y non te vas poner bien hasta que alguien lu saque.
- Meca, mira que bien, ahí mismo hay una pala que tá olvidá: garres les monedes, marches con elles y a mi ponesme buenu.
- ¡No, nun puedo!- dijo el hombre- porque díjome Dios que tenia que seguir andando.
Y dejó allí el arbol, la pala y les monedes y tiró p'alante. Y llegó aonde taba el llobu, y el llobu preguntoi:
- ¿Preguntastei a Dios porque toy tan flacu?
-¡Si, y díjome Dios que vas seguir igual de flacu hasta que comas al hombre más fatu del mundo.
Y el llobu, que era muy espabilau... comió-lu.

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