Hoy que empecé yo bien dije como pa mí: "Meca, voy subir la cuesta de Fresnedo", ya sabéis, en el cruce de Tolivia a la izquierda. Total, son sólo dos kilómetros...
Lo que no me acordaba ye de que está... un poco empináo... y además llevaba diez días sin coger la bici. La bici ye como los gatos: cuando no yos das cariño ignórente, pasen de tí. Así que la mi "Calurosa II" vino a decime: "Onde estuviste estos diez días, vuelve p'allá", que fue lo que me dijeron les piernes.
Dos kilómetros no deberían de ser pa asustar a nadie. pero ¡ay amigo! Cuando estás mal ye como si te metieran un paraguas por el culo y te lu abrieran dentro. La "patata" que tenemos en el pecho amenaza con estallar después de ponese a 172. Ye como aquella imagen de los hermanos Marx que pedíen "¡Mas madera!", y diben quemando el tren; bueno, pues yo igual, pero ya no había más maera que quemar.
Eches a subir y al poco aparez un cartel que diz "Cuesta de Abajo", lo cual quier decir que te queda la cuesta de arriba. Luego, algún cachondu con sentido del humor puso un cartel que decía: "La Cuesta". ¿¡Y qué mi madre ye lo que subí hasta ahora?! Y tovía falta lo peor, evidentemente, la Cuesta de Arriba, que te deja con una risa floja...
Bueno, apretando un huevu contra otru llegué como pude. pero como ya taba en caliente dijeme: "Coño, voy subir Bustiello", una cuesta que hay según bajes a la izquierda de un kilómetro, que me dijo Prieto. ´Pa qué quies más. resulta que como ta medio abandonao la vegetación ta salvaje ¡y no entra el sol! y la carretera tien como una capa de barrillo. Total, que me marchaba la rueda p'atrás, y salióseme un pedal, y vínome un coche enfrente y no cabíamos los dos. Así que eché p'abajo maldiciendo a Prieto y a un tren de santos. En fin, cuando les coses se tuercen no les enderecha ni Dios. Qué vas hacer, otru día será.
OYE, ¿qué vos pareció lo de Contador?!!!!
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