- Mi gente.
4º40', 85,76 kms, 18,3 kms/h, 127 ppm, max 149 ppm, 2.071 kcal.
Hoy fue un día duro, no sé porqué ni porqué no, a lo mejor estoy llegando un poco al límite de entrenamiento, a lo mejor el asma. Piernas como corcho, las pulsaciones no suben...
Bueno, ya está bien de quejarse. No pudimos hacer toda la ruta prevista, el orbayu frustró los planes de salida. 19 de agosto, 16 días de bici y ya van seis de chubasquero. Ahora pongo, ahora quito, ahora guardo, alirongo alirongo, me lo quito y me lo pongo.
De salida, ya quedé atrás, qué raro. Menos mal que el cuate José María me permitió enlazar con el grupo. Además, el cuate Ireneo se convirtió hoy en improvisado jefe de grupo. Y es lo que digo yo, uno que mande, pero que mande bien.
Así de una en otra, en Villaviciosa aplicamos la táctica favorita de algunos políticos: "Me alegro mucho que me haga esta pregunta. Estudiaremos tu caso y analizaremos tu situación", lo cual no quiere decir nada. Los machos alfa (Y Pili, hoy hembra alfa) decidieron tirar hacia Colunga- Katanga y los Beta decidimos volver por la ruta, obviamente, mas larga: La Campa.
Así hicimos un grupo Monchi y Cundo (estos dos son de El Entrego, lo cual son tres puntos más: duros como el fierro, si hay una guerra mundial ponedme a su lado), José Mª y Conchi y los hermanos Chema y Javi, una mezcla entre los Angeles Custodios y la Madre Teresa. Y los seis,más Ireneo, a mi ritmo, esperando por mí, dando ánimos. Por un lado no me gusta que me patronicen, sobre todo en una zona que conozco como la palma de la mano; por otra parte, cuando estás jodido, este tipo de gestos no tienen precio. Gracias, collacios.
Hombre, como se hacía un poco aburrido, ya nos buscó Conchi una ruta llena de repechos; y en la Campa, donde ha poco cientos de turistas de la Cuenca vislumbraban el sol de Rodiles, había una niebla que no se veía ni para cantar. Paraíso natural...
Parada de avituallamiento en la Pola, mientras los locales vermuteaban, nosotros entramos en una cafetería con una pinta mezcla de Banda de El Vaquilla y Uno de los Nuestros. Hasta los cascos en el perchero recreaban una película de John Ford. Nuestras caras lo decían todo: "Semos peligrosos" Y de nuestra boca sólo salía una palabra: "Pastelín, pastelín, pastelín"...
En fin, salvamos el día, la pereza, las ganas de quedarse en casa. Un recorrido light, aunque nuestra definición de "light" sea de 86 kilómetros.
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