- En Arnao, con un cuello metido y otro sacao.
Pues si, primera ostia, primera lección de realismo, mucho jijijaja, mucha navidad, mucha natación (¡nadar con tabla es una faena!), mucho vacilar entrenando en solitario... Pero hoy tocaba volver a la fesoria, primera salida con el GC Buenavista, y ya me pusieron firme desde el minuto uno. A mi y a Andrea, prubina, nada mas salir de la Calzada quedamos mas solos que Rato en el Congreso, así que tiramos para Tabaza a nuestra bola. Tampoco fue muy raro; faltando el presi (tá malín, probe) aquello se convirtió en una jarca beduina y cada uno marchó por donde pudo.
Y eso que yo ya notaba que hoy Andrea estaba sembrada, pero aguantó conmigo, mas que nada porque no sabía el camino. Así tiramos hasta Arnao, donde algunos dicen que está la verdadera mina que "va baxu el mar", y no la Camocha. Hubo algún problemilla, Andrea se cayó en las vias de tren del polígono (Andrew, eso se llama "a la próxima...") pero como ye dura como un peñón, se levantó en seguida. Eso sí, un poco más dolorida, aunque un poco más sabia.
Y a la vuelta cometí un error, paramos a tomar el café en Salinas y allí
estaba todo el mariachi. Tras arreglar el cambio de la catalina, dañado en la caída, Andrea
empezó a animarse con Alfredo y Kike y empezó a chulearme; ya me costaba
seguir a la que, hasta hoy, era mi alumna. Yo creo que hoy ya se graduó con honores.
¡Hasta me enseñó la rueda de atrás durante un buen rato! Vale, en Tabaza restablecimos la relación alumno-profesor (había, cómo lo diría... un poco de subida; y cómo lo diría, le costó un poquito). Pero bajando hacía Gijón, Andrea se empeñó en seguir a los pata negra ¡a 36 km/h!. Es decir, si Andrea y yo ibamos a esta velocidad y no pudimos enganchar, ¿a qué velocidad iban estos cabrones?
Y ya firmadas las paces, volvimos a casita. 79 kilómetros para el primer día, eso es lo que se llama ciclismo por lo militar o por el juzgado. (Táctica utilizada: Balones al río, que estamos ganando).
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