Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







lunes, 13 de abril de 2020

BENAVIDES


Este es un clásico, ya lu sabréis la mayoría, pero... 

Un paisanín de media edad, mal vestidu, zapatos con agujeros, barba de tres días... va a una fábrica a pedir trabajo... "Si me pudieran dar algo, lo que haya..."

El encargado, viendo que el paisanín ye bastante educau y no levanta la voz, dice: 

- Verá, ye que ahora está muy malo, con la crisis, hay muy poco trabajo... Si acaso, coja la escoba y póngase a barrer el almacén, a ver si y podemos dar algo... 

Y efectivamente, el señorín empieza a barrer día tras día, sin hacer ruidu, sin que nadie se entere, sin hablar con nadie... 

A la semana llega Pablo Casado a la fábrica, y nada más posarse del coche estrecha la mano del paisanín y dice: 



- ¡¡Hombre, Benavides!! No sabía que estabes aquí...  . Yo acuso al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez de querer "tapar" su "fracaso" en la gestión del coronavirus con unos nuevos Pactos de la Moncloa. No se debe fagotizar esos éxitos históricos para tapar los fracasos presentes". Hala, adiós. 

El encargado asiste a la escena atónito. A los tres días llega Pablo Iglesias, que nada más ver al paisanín va hacia él y le dice: : 



- ¡Benavides, amigo! ¿Qué haces aquí?

- Bueno, ya ves, mientras no sale algo mejor...

- Bueno, nosotr@s en Unid@s Podemos sabemos que el salario mínimo, como es tu caso, esencial para asegurar la dignidad y un consumo mínimo. Hala, adiós. 

Y se marcha dejando al encargado con una cara larga de aquí a mañana. Tres días más tarde llega el mismo presidente del gobierno. Tras posarse del coche, Pedro Sánchez se abraza con el paisanín: 



- ¡Benavides, amigo mío! Bueno, ya sabes que España necesita un gran acuerdo de reconstrucción económica y social. Comencemos la próxima semana. Partidos, empresas, sindicatos y CCAA; todos estamos llamados a esos pactos. No hay tiempo que perder, debemos reaccionar pronto y debemos hacerlo unidos. Hala, adiós... 

Cuando se marcha, el encargado, que no sale de su asombro, encara al paisanín: 

- Oiga... ¡usted conoce a todo el mundo! Casado, Iglesias, Sánchez... 

- El paisanín, sinlevantar la vista del suelu, contesta: 

Bueno, si... yo, por conocer, conozco hasta al rey...

- ¡Qué va a conocer al rey! Oiga, no me vacile... Porque además, qué casualidad que su majestad va a venir dentro de tres días, así que ya veremos si me está engañando... 

- Bueno, sin problema- contesta el paisanín. 

Y efectivamente, alos tres días llega el rey, y apenas se baja del coche, pregunta: 



- ¿¡A ver, dónde está Benavides!? Mira, que Leti no pudo venir, pero dijo que te diera recuerdos...

El encargado apenas reacciona. 

- Oiga, es verdad, usted conoce a todo el mundo... 

- Hombre, por conocer, conozco a hasta el Papa. 

- ¡¡No, mre, por ahí no paso!! ¿De qué va a conocer al Papa? 

- Vaya, hombre, precisamente, Fran y yo... 

- Bueno, mire, no me vacile más; la semana que viene vamos a ir a Roma, y el que pierda la apuesta paga los gastos del viaje. 

Y efectivamente, a la semana siguiente se plantan el encargado y el paisanín en la plaza de san Pedro. hay doscientos mil paisanos allí metidos (era antes del virus), pero de alguna manera se abren paso hasta la primera fila, y el paisanín dice: 

- Bueno, mire, usted quédese aquí que yo voy a subir a ver a Fran, y ya le voy indicando cuando puede subir... 

Y el paisanín avanza sin dudar hasta los guardias suizos, que no dudan en cuadrarse delante de él y dejarle paso. Así que el paisanín sube hasta el despacho del Papa, quele recibe con os brazos abiertos: 

- ¡¡Carísimo fratello Benavidi!! ¡Venite con me al balcón no más, viejo boludo!



Y salen el Papa y el paisanín al balcón levantando el uno la mano del otro. De repente, el paisanín puede ver que en la plaza hay una pequeña calvera entre la gente, y en la misma se encuentra el encargado desmayado en el suelo. Así que dice: 

- Santidad, eminencia... un caro amicco...-  y echa a correr escaleras abajo. Al llegar al encargado, este apenas sale del desmayo y solo acierta a decir: 

- Que conozca a Casado, a Iglesias, a Sánchez, al rey, vale... Pero ye quejusto detrás de mi había tres japoneses diciendo: "¿¡Quién ye esi de blanco que está al lao de Benavides!?"

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