(Mira por donde, el copyright de esti chiste ye de Gabino de Lorenzo)
Esto era un carteru rural que se dedicaba a repartir por les parroquies con una motuca que había comprao de segunda mano. Entós un día llegó a una casa por ahí pa arriba, y había una verja muy grande, así que llamó al timbre.
Y según llama al timbre, por encima de la verja asoma un perrón enorme: cuarenta kilos, unes pates como pegoyos, dientes de serruchu, venga guaguauguau... Así que el carteru da pa atrás, de repente, de la casa sale una señorina mayor, pelo blanco, unes gafes de culo de botella, toquilla sobre los hombros:
- ¡¡Pase, hombre, pase, que el perrín no fae nada!!
- Pero señora, mire qué animal!- Y el perrín venga a ladrar y a saltar, guauguauguau...
Y la paisanina, como siempre dicen los dueños de perros:
-¡Usted pase, que el perrín no fae nada!- Y el perrón aquel, una cabeza como un peñón, y venga guauguaguau...
- ¡Pero señora, usted mire qué animal, que me va a comer con trapos y todo!!
- ¡Usted pase, hombre, que no fae nada! ¡Si además, el perrín está capau!
- ¡¡Pero señora, si a mi no me importa como jode, lo que me importa ye que me muerda!!
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