- Por la derecha, Julia, Macu, Peranchu, y un del Oviedo, en Pádova.
Nosotros, cuando empezamos a la escuela de Enfermería,
primero, segundo… toes queríamos trabajar en un hospital grande, Centro Médico,
… De mano todo el mundo pensaba en trabajar en hospital, estar en buenos
quirófanos…. Fuimos la primera promoción que hicimos practiques en Villa, y en
Villa recibieron-nos con los brazos abiertos, y además estábamos al lao de
casa. Pero un día un amigu fue a echar una instancia a Hunosa, en la Avenida de
Galicia, que estaba al lao de la escuela, porque tenía un hermanu trabajando en
Hunosa de ATS, qué sería, sobre abril o marzo del últimu añu. Y en lugar de ir
a tomar un café fui con él, y a mi aquello sonábame a chino, y porque no la
eches, echa la instancia, pa qué la voy a echar, yo no tenía vinculación con la
minería. ¡Y llamaronme! Y hasta hoy.
Yo acabé la carrera en Junio y llamaronme pa empezar a
trabayar el 29 de junio, el día San Pedro, yo que ya me estaba preparando pa ir
a La Felguera… Tu date cuenta que había casi ciento treinta ATSs, y había que
dar vacaciones, sustituciones… Y poniéntelo todo muy guapo, tu firmabes pa tres
meses, y preguntábente dónde viviés, y claro, yo dije en Sama. “Meca, en Sama,
ahí ‘ta el pozu Fondón”, y yo pensando que iba a ir andando; Y de repente dicenme que voy pa la cuenca del
Caudal, que allí no era fiesta; y firmé el día 27, y ya me dicen que empezaba
en la mina San Victor. Yo de aquella no tenía coche, tuve que pedi-y el coche a
mi padre; y de aquella no había ni [autovía] Minera ni ná; era todo por Santu
Emiliano, Ujo, Figaredo, Turón… Y cuando llego a Turón mandaronme ir pa el
hospitalillo de Turón, no se me olvida nunca. Y llego al hospitalillo, y llamo,
había un señor de bata blanca, y “mire, a ver si me podía explicar… Ye que
empiezo a trabajar mañana… ¿Qué ye, aquí…?”
-“¡¿Aquiií??!” ... Y sacome a la calle… Ven p’acá, neña… ¿Ves
arriba aquella montaña, aquel piquín blancu…? Pues ye allí. Yo quería que me
tragara la tierra… Y él explicómelo muy bien, tu tienes que llegar a la Rebaldana,
que ye como llamen allí al pozu Santa Bárbara. Justo enfrente la Rebaldana hay
un cartel que pon carretera cortada, prohibido el paso… Pues sigues too pa
arriba. De aquella no había móviles, en el ’87. Yo tenía que salir de mi casa a
les cuatro y cuartu de la mañana pa entrar a les seis. Y el ATS enseñóme el botiquín, dióme les
llaves… y a empezar. La verdad ye que me trataben de maravilla; y de aquella no
había prejubilaciones, y había muchos paisanos de cincuenta, cincuenta y pico
años, de la edad de mi padre, que pa mi, que acababa de cumplir los veinte…
dónde te pondré que no te entornes. Y decíen ellos, madre, tenemos una neña de
praticanta…
San Victor era pequeñín comparao con María Luisa o Nicolasa,
era de interior, como de cielo abierto, pero no había jaula, entrabes andando.
Y contrataronme pa tres meses, pero solo
estuve dos meses, encantada de la vida. Ay madre, estuve de maravilla, y eso
que no sabía nada. Bueno, el primer día lloré nosécuanto, porque yo decía, yo
aquí no llego. El primer día, la primera en llegar era yo, a les seis; luego
los vigilantes llegaben a les seis y pico pa destinar el relevu, y luego a les
ocho llegaben los ingenieros. Y a mi pasóme de todo. ¡Un día entróme una vaca!
Era un barracón, a ver cómo te voy a explicar, era un barracón hechu de
ladrillu, pero justo pegao al barracón estaba el abrevaderu de un paisano que
tenía les vaques en un prau; y yo tenía la puerta abierta, por si había algún
mancau, y estaba p’atrás en el almacén, y de repente siento, plum, y veo una
vaca… Y yo no yos tengo miedo a les vaques; ¡tengoyos pánico! Mira los gritos
que dí que vinieron los de les oficines a sacar la vaca… Pero yo estaba
encantada, era un sitiu pequeñín.
Pero la remesa mía éramos pocos, éramos los últimos, y
teníamos que rotar; y yo estuve en todos, que yo me dé cuenta… San Vitor, la Rebaldana,
el hospitalillo de Turón, los talleres de la Cuadriella, el lavaderu de
Sovilla… San Antonio en Moreda, Santiago, Barredo, Batán, Polio, tres Amigos…
no me quedó ninguno del Caudal, solo Monsacro. Y en esta cuenca… Carrio, San
Mamés, Venturo, Cerezal, Sotón… Y trabajé con un montón de ATSs, y médicos…
pregúntame con quién no. Claro, cuando acabes la carrera sabes cuatro coses; lo
que te vale ye la experiencia. Yo estaba muy a gusto con Joaquín del Río en
Pumarabule, y eso que Pumarabule pillábame muy lejos, pero yo iba encantada con
él, aprendí mucho. Pero con los ATSs, sin desmerecer a nadie, Javier el de
Sotón era ideal; en Fondón, Ataúlfo ya era mayor, pero tenía mucha paciencia; y
ya en María Luisa, con Pili, ideal, porque era amiga de unos amigos… Y siempre
me trataron de maravilla, casi te adoptaben…
Hombre, había sitios donde no me gustaba ir porque no había
serviciu de médicu, Modesta, Batán… no había aparato de rayos, no había pa
sacar sangre, y nosotros éramos la primera barrera, era más aburrido. Y
responsabilidad, en un pozu grande a partir de las cinco quedabes sola, y
aprendes a tomar decisiones. En la Seguridad Social todo tien que ir firmao por
un médicu; y nosotros teníamos que extraer sangre, el reconocimientu,
radiografíes, inmovilices, pases parte, pautes tratamientos, algo que en la
Seguridad Social ni te pasa por la cabeza. Y no yos queda más remediu que
confiar en ti, en seis meses en un pozu de Hunosa aprendes más que en un añu en
una planta de hospital. Y había pozos que por les noches era muy tranquilo,
estaba estudiao que por la noche no se molestaba al ATS, Sotón, María Luisa;
pero en otros era una romería, a partir de les doce sabíes que empezaba el
desfile, veníen a charrar un poco, a poner la vacuna la gripe a les tres de la
mañana, como les chavalines estaben en el botiquín y no pueden dormir, vamos a
entreteneles un poco…
Y ojo, que yo por suerte cogí esta última época que hubo muy
pocos accidentes mortales, a lo mejor porque se invirtió más en seguridad,
cuando se concienció a la gente; tu date cuenta de que hasta haz poco todos
metíen la bota en la mina, hasta que se prohibió; y habíalos que colgaben el
autorrescatador porque no se sentíen a gusto con él, y dejábenlu con la
chaqueta porque yos estorbaba. Y había caraduras, como en toos los laos, en
toes les profesiones; pero ya los conocíes, a lo mejor en una plantilla tan
grande, qué teníes, ¿quince caraduras? Pero claro, eren los habituales, y no
eren tontos, había autolesionistas… Pero luego había lo contrario, gente que
teníen la espalda hecha un cristo porque no queríen perder la colectiva, y
luego gente con hernia discal que por la mañana estaben trabajando y por la
tarde iben a hacer la discólisis con ozono, pero al día siguiente a trabayar.
Inyectente ozono, liberate la presión y mejores, pero no va bien pa too el
mundo. Para, y privao, pagándolo ellos…
Y yo tuve suerte, estudié la carrera que me gustaba y tuve un
trabaju maravillosu, y llegabes a les seis de la mañana con una sonrisa de
oreja a oreja, porque iba a trabajar contenta. Y coges-yos cariño, cómo no yos
vas a coger cariño, y no sabes lo que prestaba cuando se prejubilaben,
llevábente una caja de bombones, y caíate la baba, y por la calle salúdente con
una sonrisa. Cuando estuve en Formación aquí en Modesta ya te tocaben hasta los
fíos, veíes el apellidu, y decíes, tu yes fíu de Fulanu, meca, ¿conociste a mi
padre?
Cadáveres, muertos, claro que vi muchos, muchísimos; y no
llorabes, no te poníes a pensar, no teníes tiempu, había tanto que hacer, y
empezaba a llegar gente, y aguantabes; eso sí, luego en casa no comíes,
vomitabes hasta el desayuno de una semana antes, no eres a dormir. Cuando te
derrumbabes era en el tanatorio, cuando veíes a los hermanos, la viuda, el
padre… y si lloraba uno, tu ya luego no parabes.
Aquí en Modesta enseñabes a manejar el autorrescatador,
escuela de espalda, a ver si podíamos evitar que aprendieran higiene postural,
pa que llevaran buenos hábitos pa casa, que el día tien venticuatro hores. Y
cuando yos expliques cuatro coses ya te hacíes con ellos, tu piensa que el
güelu o el padre no habíen tenido formación antes de empezar a trabajar, iben
al pozu y ya entraben al día siguiente; aquí cuando explicabes cuatro coses ya
veíes que estaben agradecidos, teníen mucha disposición. Y a mi gustábame la
formación, pero resulta que me engancharon pa dar formación con TRAGSA… ¡Por
toda España! Y resulta que los domingos por la tarde hacíes dos maletes, una pa
mi y otra pa los neños pa ir a casa la güela, pa Andalucía, o pa Extremadura, Galicia,
Canarias… acababes a les seis de la tarde en Cádiz, y cogíes un coche, y
llegabes a Málaga a les once la noche, y llama a casa, y los neños… Y sin un
duru encima el sueldu… Que me acuerdo, Pelayo estudiando francés, y yo en
Canarias haciendo los deberes por teléfono…
Y a mi tocóme todo. Resulta que cuando yo entré Hunosa era
autoaseguradora; pero en el ’95… o en el ’96, pasamos como mutua a la Seguridad
Social. Y la primer semana que se hizo tocóme a mí, que estaba de noches en
Candín. Y les cuatro primeres noches, cuatro veces que marchó la ambulancia pa
Villa. Y claro, el protocolo era diferente, tú entrabes por el hospital,
nombre, apellidos, antecedentes, nombre de los familiares… A los dos meses ya
iba solo, pero al principiu… Una vez tocónos una fractura de cráneo, y el
chaval luego sobrevivió, pero no dábamos un duru por él. Que nosotros en Hunosa
era curalu, y luego ya te ocuparíes de aquello. Y entramos con él por la puerta
de urgencies, otra compañera y yo, y llega el administrativu al papeleo…
-
- -
Nombre
del paciente,
-
- - Mira,
no lo sé, hasta que vaya al pozu no puedo date la historia…
-
- - Antecedentes
personales.
-
- - Mira,
que no lo sé, que no lo tengo delante…
-
- - Antecedentes
familiares…
Y entós la otra que iba conmigo ya y salió el mineru que llevaba
dentro:
-
-
- A
ver, chaval, que te estoy diciendo que no tengo ni puta idea, ¿vale?
Claro, les ambulancies llevaben al accidentau y volvíen al
pozu, y en el hospital decíente, cómo los traéis así de sucios; y un día
llevaron a un mozu, y la ambulancia marchó, y el mozu esti hicieron-y too lo
que teníen que hace-y, yo mandelu con una rodilla bloqueada, y a les cuatro de
la mañana dieron-y el alta… ¡y me lu devolvieron en pelota picada con una
sábana!, y con esti informe mañana al médicu; y esti pobre en el hospital no
tenía nada, tenía toes les perres, la documentación, todo en la taquilla; y fue
a la parada de taxis, y convenció a un taxista de que no se había escapao de
salud mental, y que lu llevara al pozu… Y el taxi paguelu yo, que luego me lo
pagó la empresa, y decíame el taxista, no estaba yo muy convencíu…
Y yo estuve treinta años, y claro que me da pena como están
les cuenques ahora; pero Jaime ya está prejubilau, y ahora ya deja lo del
sindicato del todo, y ahora a viajar, que cuando estuvo Pelayo en Italia bien
que lo aprovechamos, y llevamos a mi madre a ver al su nietu a Padova, que ella
tenía mucha gana de ver Venecía, y en góndola con el su nietu… Y el día que me
prejubilé fuimos a comer. Y un poquitín sí que lloré…
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