Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







martes, 24 de septiembre de 2019

CACHINOS DE MINA (VIII)



FERNANDO



Yo naci en Ciañu pero soy hijo de dos emigrantes del occidente, mi madre del concejo de Boal y mi padre del concejo de Vegadeo. Mi padre trabajó desde muy joven en la mineria del wolframio en Penouta, de allí vino a las minas de carbón en Villabona y finalmente recaló en Carbones de La Nueva. Su categoría profesional era la de barrenista, la más expuesta a la silicosis por trabajar avanzando en piedra y en aquellos tiempos, sin inyección de agua en la barrena, se perforaba en polvo toda la tarea.

Se le detectó una muy importante silicosis de tercer grado, que  terminó con una gran invalidez a la temprana edad de 38 años. Apenas tengo recuerdos de mi padre antes de su enfermedad, siempre peleando con la silicosis. Vi cómo se deterioraba poco a poco su respiración, hasta necesitar la botella de oxígeno permanentemente. Su ilusión, la pesca de río en la que era un maestro, se prolongó gracias a que se le facilitó una botella portátil que le daba una autonomía de unas seis horas, suficiente para disfrutar de su afición y tener una calidad de vida que él consideraba un regalu a pesar de lo que-i pasaba

Siempre tuvo muy claro que quería pa los suyos una calidad de vida mejor y por eso siempre nos insistía en que nos aplicásemos al estudiu. Ye por lo que toy convencíu que mi padre taba orgullosu de lo que él había conseguido con su esfuerzu y dedicación pa su familia, que no repitiéramos su historia.

 Con toda lógica siempre me interesó el estudio de la silicosis, y en cuarto de carrera solicité permiso para hacer prácticas voluntarias en el Instituto Nacional de Silicosis, el Dr. Mosquera, jefe de Neumología me aceptó y ahí establecí el primer contacto con el hospital de referencia para lesiones pulmonares de toda España.

Mi relación con el hospital se prolongó en el tiempo hasta el punto de hacer mi Tesis Doctoral sobre silicosis con el Departamento de Anatomía Patológica (Dr Rojo Ortega) Allí pude conocer a grandes profesionales de primerísima línea y por desgracia, también pude entender algunes de les partes más dures de la enfermedad. Ye muy duro querer respirar y que no te entre el aire. El pocu oxígeno que consigue captar la sangre se lo reserva el cerebro pa poder seguir funcionando. El resultado ye que en medio del deterioro de todos los órganos, el cerebro consigue tener un funcionamiento normal, y son perfectamente conscientes de que no hay solución.... el pulmón apenes existe, ye casi un bloque fibrótico; sustituyense los alveolos pulmonares por cicatrices. Hubo bastantes silicóticos que después de mucho pelear con montones de ingresos se tiraben por el balcón, no lo podíen resistir.
El estudio de la silicosis, fué como una deuda que yo tenía con mi padre y con los mineros, yo necesitaba aportar mi granito de arena. Una secuela curiosa es que el director del departamento de Biología Funcional de Oviedo, Dr. Sánchez Lazo, me propuso investigar con animales silicóticos la reacción básica de extensión del cáncer introduciendo un depósito anti-TNF (Factor Necrotizante Tumoral) y analizar la respuesta de los sanos y los afectados de silicosis. Proyecto financiado por el FICYT y que dió lugar a un artículo publicado en una de las revistas científicas más importantes a nivel mundial, Nature.

Lo que ayudó mucho a reducir la silicosis fue la prevención: la inyección de agua. Hasta entonces años 50/60 la gente como mi padre barrenaba en polvo. En un ambiente a 500, 600 metros de profundidad, fondo de saco donde ventilar con aire limpio es bastante difícil, estás produciendo polvo al perforar la piedra y luego meter una carga de dinamita. Si el polvo no  lo mojas, lo respiras tu; y el polvo de roca lleva desde un sesenta, setenta por ciento de polvo de sílice pura cristalina hasta el 97%. La inyección empezó en España a finales de los cincuenta, y como mi padre, había barrenistas que pedían permisu pa seguir barrenando a polvo, porque la humedad sentaba-yos mal pal reuma de la espalda. 

Como consecuencia de esto, con el primer grado apartabente del polvo; con el segundu mandabente pa casa; con el terceru grado de silicosis, el máximu: Gran Invalidez.
Lo eficaz fue la inyección, la prevención: el martillo del barrenista, a la vez de perforar, inyecta agua, y el polvo ya no flota tanto en el ambiente. A partir de ahí también empezó la inyección de la capa de carbón, hay una categoría profesional que es el inyectador, que perfora la capa de carbón con una barrena larga a través de la que se introduce agua para humedecer el carbón.
Yo ya asistí a la enorme disminución de la silicosis, que-y tocó a mi padre, los trabajadores de los años sesenta, setenta, empezaron a dejar de tener estas silicosis importantes, brutales, que se veían entonces. Los que entraron nuevos en los ochenta ya hubo muchos menos casos, con todos los avances técnicos. Hoy la silicosis ye residual… Pero en el tema del pulmón, hubo muy poco avance, apenas el transplante total.

Ye un contraste curiosu si ves la situación actual de nuestru entornu compará con lo que había durante la expansión de la minería, nun había una cuadra libre, la gente echaba a los animales y convertíales en cases pa los recién llegaos. Mira les barriaes, mira toes eses cases en les partes altes de los pueblos… cantidades de cuadres, la Puente Carbón, Cabaños, Les Cuestes, Rondera... no cabía un edificiu que no estuviera habitao. El efecto llamada vaciaba pueblos de la zona rural y la España pobre... Fíjate hoy dónde tamos y lo que nos espera.

Existe un pozu que ye una maravilla, asombrosu, y eso que ya está medio desguazau, ye el pozu de minas de Lieres, de Solvay, empresa belga, quizas un tanto paternalista, con cases pa los obreros, un hospital, que yo cuando me hice cargo de aquel pozu desde Pumarabule quedé alloriau, nunca en Hunosa hubo dentista; y aquí había sillón de dentista en toda regla, quirófano, todo  a disposición de los trabajadores y vecinos de Lieres. Creo que este material ha "viajado" al MUMI.

Teníen lavaderu de tipo artesanal que lavaba carbón, eren autosuficientes. Les llaves de la luz, de museo; les lampares, de museo… El material médico quirúrgico, de museo, la casa del médicu, de museo, la máquina de extracción… Hay una cosa que no hay en ningún pozu de Asturies, que yo sepa; el guionaje, que es la parte que dirige la jaula, va con unas guiaderas que son de acero en los pozos modernos, soportan muchos vaivenes y de muchu tonelaje; pues en Lieres el guionaje de la jaula es de madera, ¡de madera!… desde el siglo XIX, principios del XX y funcionando hasta final de siglo. Lo de Solvay es una pérdida lamentable, había de todo. La barriada aquella tien una dignidad que no había en ningún sitiu. Pa quitase el sombreru… Veinte años por delante de Hunosa, en todo. Que ojo, mira tu que va todo pa San Martín, el MUMI, la mina visitable ye Sotón, y tienes ahí María Luisa, el pozu más emblemáticu de la minería ninguneado por los polítiquinos de turno. Tendrán mieu a perder la silla si protesten? que aquí en Langreo no tenemos casi nada, bueno el Ecomuseo… 

Yo nunca tuve problema alguno por bajar a la mina, soy de los convencidos que para hacer bien mi trabajo, tenía que conocer el medio y les circunstancies en que se realiza, entraba al pozu, además de los rescates, de vez en cuando. Pero un día se me planteó por parte del Departamento Técnico de Instituto Nacional de Silicosis que si quería colaborar en el análisis del ruido en el interior de la minería, ya que era obligatorio por ley, y estaba sin hacer.

Acepté sin dudarlo, lo que me supuso ponerme al día incluso en la compra de los equipos, pues tienen una legislación específica y muy severa para ser admisibles en atmósfera potencialmente explosiva. También me obligaba a estudiar y medir personalmente el ruido de todos y cada uno de los puestos de trabajo de una explotación minera tanto del exterior como del interior. Tenía mi lámpara, y bajaba con el Facultativo de Seguridad pero acabé, para comodidad de todos, bajando solo a la hora que mis obligaciones me lo permitían, un par de veces por semana. 

Ojo, los sanitarios teníamos el mismu coeficiente que un administrativu de Oviedo, el cinco por ciento; sin embargo hacíamos visites programaes a la mina (ye verdá que no todo el mundo) y todos entraben a los rescates y accidentes. Como consecuencia de estar Chema (Dr. Gonzalez) en la Brigada de Salvamento, y yo haciendo el estudio de ruido en interior, los sindicatos en general y Villa en particular, defendieron que los sanitarios teníamos que tener más coeficiente. Cambiáron-nos el coeficiente, y pasamos a tener el 12,5% actual. 

Hombre, la actitud hacía nosotros… Hay una reticencia natural, al final éramos mandos, Los que creen problemas en los pozos son una docena, docena y media… dos docenes como mucho de seiscientos a mil paisanos… Y tu yes mando, pa esos ya yes un enemigu por definición… 

Como conclusión sobre Hunosa, tengo la impresión que les distintes Direcciones que he conocido, toes relaccionaes con la política de su propiu partido, todes veníen con la misión de cerrala. Lo que la empresa o sus directivos me valoraron me la trae al pairo, porque yo en esta vida estudié medicina pa sentime yo a gusto y hacer un serviciu a la sociedad, lo que me fastidió ye que los mismos que cerraben la empresa, los políticos, me ningunearan, conmigo y con todos  los trabajadores o mandos de Hunosa, lo que hicieron fue lo que llamo yo la política de la compresa: Que no se mueva, que no traspase, que no se note. Que no se note que estás prejubilau; no te muevas, no protestes, y que no traspase, que no tenga repercusión en medios.

Cuando yo me prejubilé  con 49 años yo estaba en lo mejor de mis conocimientos científicos y técnicos, con un doctorao, con una experiencia profesional, había dado clase en empreses, a Universidad de Leon, Insalud, clases de ruidu, Prevención de Riesgos. Y todo eso se terminó cuando me prejubilaron, un conocimientu que se fue directamente al inodoro.

¿Porqué se pierde eso? Nadie repara en que los estudios universitarios están subvencionados y que sería justo devolver parte de lo aprovechado.  La sociedad no recupera lo que invierte, un último ejemplo: Estudiar por tu cuenta una carrera universitaria, en cualquier país de nuestro entorno, cuesta unos 45.000 euros anuales de matrícula, más gastos. La universidad española nos cobra unos 1.200 euros al año si no eres repetidor y nunca recupera un solo euro. Lo pagamos entre todos.

Lo que yo aprendí de la experiencia no parece importarle a nadie con dos deos de frente. Mis futuros colegas en la especialidad de Medicina del Trabajo desconocen muchas de las cosas que nosotros les podíamos transmitir porque no vienen en los libros y nadie parece tener interés en que vengan.

 

ANIBAL




Yo estoy jubilau desde dos mil diez, ya estaba jubilau antes de méteme en política; y si a mí me dices a principios de 2010, Ani, vas a encabezar una candidatura y vas a preséntate a les elecciones, yo te hubiera dicho que cambiases de medicación, que ‘tabes mal; yo siempre estuve organizau en Comisiones desde que entré en la mina con dieciocho años, pero nunca fui concejal, ni nada de esto; y esto de la política era una etapa que no tenía pensada ni de coña; ¡ni de coña! ‘Taba haciendo otres coses que me gustaben, pero acabaron convenciéndome, y me presenté y gané… Y esto ye que cuando lleves una vida de compromiso llevesla de toes les maneres; yo cuando me casé, los padres de la mi muyer ya teníen pisu en Gijón… que yo podía haber marchao pa Gijón, pero en la Cuenca me encuentro de maravilla, aquí en Mieres, yo soy muy pegau, ye donde tengo los amigos, los mis fíos…

 Tu imagínate que en Mieres era el concejo que más pozos mineros teníes, había nueve… Y ahora queda Nicolasa y ya está. La Pereda pué quemar más coses,  ye ciclo mixto; el valle de Turón llegó a tener doce o catorce mil mineros, cuando era Hullera Española, y too aquello… Turón era un valle eminentemente mineru. Mira, aquí en Mieres teníamos el pozu  Llamas en Ablaña y Nicolasa; yo entré en Llamas en el ’74. Después Llamas cerró en el ’77 y pasamos todos a Nicolasa; eso, por esta parte. Y después teníes en el otru valle de la Güeria, está Tres Amigos y Polio; y después tienes Figaredo, Santa Bárbara, San Vitor, el pozu San José y el pozu Barredos que lu tenemos aquí en la ciudad. ¡Nueve! Que en Figaredo llegamos a ser mil trescientos y pico. Desaparez eso, y ye muy difícil de arreglar. Luego tenemos empreses que van paliando eso, y al final lo que tira ye el sector servicios, mira Thysssen, cuatro factoríes. Thyssen yo dígolo muches veces por donde quiera que vas, mira, estes escaleres faenles en el mi municipiu. Por too el mundo, donde sea, y pon “Thyssen, fabricao en Mieres”. La térmica de la Pereda, en torno a cien empleos, no me quiero equivocar.



Pero tenemos que ser optimistas; hombre, no ser un optimista tonto, pero dejar el discurso  de la lamentación, creer en nosotros mismos, en nuestres potencialidades, abandonar el discurso de aquí no hay ná que hacer y pelear por les coses, como se peleó too la vida… Aquí nunca se nos regaló absolutamente nada. Y como alcalde tú tienes que arreglar la vida de los vecinos; pero tienes que estar reclamando, planteando coses… No ye solo arreglar una carretera nosedónde, o limpiar nosequé, tú tienes vecinos que están en el paro, jóvenes que se están yendo…

Después, la Universidad sirvió durante muchos años pa sacar ingenieros pa Hunosa y pa Ensidesa. Esto del grado de Deporte ya se tenía que haber hecho fai muchos años. Y no ye un caprichu pa nada, ye escandaloso, ya en su génesis, ye que en esti país no tenemos arreglu. Tu no pués gastar ciento treinta millones de euros  pa el campus… Tu mira too el dinero que se gastó pa crear empreses, y fracasó… Venturo, una farmacéutica…  y en esto el gobierno fracasó. El campus iba a ser un instrumento pa cambiar el tejido industrial de les Cuenques. Un campus, investigación, mover la ciudad hacia allá… Y a mí esti tema ya me aburre el alma. Por eso yo tiré de hemeroteca cuando fui a ver a los grupos al parlamento, y saqué lo que dijo cada políticu que estuvo aquí. Hacen un campus pa seis mil alumnos; pero de dos mil setecientos cuando empezó a ahora que hay ochocientos, la película ya ye otra. Y de una forma paulatina se fue dejando morir el campus. Y yo metime en esto por varios motivos. Cuando se haz la política universitaria, que algo tien que ver el gobierno también,  la universidad tiene que tener autonomía, el gobierno ye el que paga la fiesta, porque si no, quita al director de universidades. 

Y hay que buscar el equilibrio territorial. En Asturias, mal que y pese a quien sea, hay tres campus: campus de Oviedo, campus de Gijón y campus de Mieres. Que de Gijón a aquí hay treinta y cinco minutos; y tú no puedes dejar esti campus abadonau de la mano de dios. Que aquí no hay ningún departamento, no hay investigación, y tener grados. Que tenemos el mejor campus de Europa, de lo mejor que hay, les instalaciones… el salón audiovisual que hay tienes de todo, les aules… está equipao de verdad. No hay derecho a tener un edificio infrautilizau. El campus de Mieres tien que crecer a la par que los otros. Y no ye un caprichu de “hay un grado universitariu, quien lu quier, pa mí, cojolu yo”, sino que fue la propia universidad la que dijo que esti grado tenía que venir pa Mieres. Y les istalaciones polideportives, con canches fuera, vestuarios, saunes, sala de musculación… La residencia universitaria tien ciento veintidós habitaciones con bañu completu, una auténtica barbaridad, de bien hecho que está. Y yo como alcalde no puedo mirar pa otru lao, y cuando empiecen a entrar otros factores po’l medio, pies quietos, ¿eh? Y a mi no me val que me partan el grado. 

Y nosotros ya tenemos un grado compartido, el de minas, y ahora lo de deportes no me vale compartilo. Tien que venir pa acá enteru. Y siempre que voy a Gijón, y la prensa, y siempre la misma pregunta, la prensa, tou dios… y yo contesto, vosotros pensáis que lo que está pasando ye normal… eso solo ocurre en Asturias. De todes maneres, no ye la solución pa esti curso. Esto ye, uno, que se cumpla lo que se prometió de mano y dos, ye que se dejen de fiestes y de mirar pa otru lao y esti campus esté parao.  El veintisiete de julio del diecisiete el rector dijo en una pregunta en Avilés que el campus venía pa acá, mira, que lo tengo guardao hasta en el móvil… Y de repente ni pa ti ni pa mi, metiose Gijón po´l medio, metieronse otros actores. Y esto díjolo el rector de ahora, Rodríguez Granda. Que podíen empezar mañana, pero entre contratar al profesorao y uno y otro no empezaríen hasta el 2020-21. Que hay un informe que se publicó que en Gijón ponelo a andar costaría diez millones, en Mieres solo uno; pero yo no voy a entrar a esi debate, que si Gijón, que si Oviedo, yo ahí no entro. Yo quiero que haya equilibrio territorial y que se abra un campus que ya está acabao; y yo no entro en otra cosa, punto pelota, yo no discuto más. 


Minas, mira, somos el únicu campus que ya comparte una titulación, la de Minas, está en Oviedo y en Mieres. En Oviedo, en un edificio que se yos está cayendo a cachos, y que no caben, está hecho unos zorros. Y nadie diz, oye, teneis que cerrar eso y tenemos aquí aules, modernes, a diez minutos de Oviedo. Y son catedráticos de Oviedo, el Oviedo de la Regenta, que son señoritos. En la primera clase teníen el ojo de dios, y debajo estaben los ingenieros de minas, y debajo los demás. Era una titulación clasista; fue la titulación en la que más tarde entraron mujeres. Llegó a decir un decano, que yo púselu, di-y a retorcer… era cuando estaba yo haciendo radio, llegó a decir que como iba él a venir a dar clase aquí. Yo cuando estaba en la mina, que estaba en Hunosa y era una empresa pública, decienme, “Anibal, vas pa la séptima a picar. No, yo pa ahí no voy. Pues coge la ferramienta y pa casa”. Y usté no quier venir a Mieres, déjelo. Pero como en esti país se hicieron aeropuertos que no entró un avión… 

Pero aquí como no se pidió cuentes a nadie, hay que pedir cuentes, y yo esti papel voy a ejercelu mientras esté aquí. Y lo que no podemos ye perder les señes de identidad, ni perder nuestro pasado,que dentro de veinte años nadie va a hablar el lenguaje mineru, a diferencia de otros países, que lo lleven por el libru, que ye algo que aquí no se haz. Mira, en Francia va un veterano de la guerra a la escuela, a edad temprana, a contayos como fue la guerra mundial, lo que significó pa`l su país… y por eso tienen esi orgullo de país, la memoria oral; y eso ye una cuestión que me desespera. El otru día en un programa de la tele, que me lo pasaron… que quiero enseñátelo, porque me revienta la sangre; unos chavales, preguntaron-yos un acontecimiento históricu fundamental pa esti país de la primera mitad del siglo XX, que era la guerra civil… y después de siete pistes dijeron que el 23-F…








 JUAN

               Juan José Gutierrez Alonso, de Teverga. Detrás, peña Sobia, totémica, poderosa. 

 Mira la barriá, casi todo cerrao. Cuatro pisos sin ascensor, pero la mayoría de los propietarios murieron o marcharon. La telefonía móvil llega mal, Movistar ye la que tien la mejor cobertura. El añu pasau, cuando la nevada de octubre, marchó la luz veinticuatro hores, pero como mucha gente había  quitao la cocina de carbón y tenía eléctrico, muchos tuvieron que ir a los bares a cenar o a calentar la comida, tuvo que venir la UME. Date cuenta de que aquí en Teverga somos mil seiscientos vecinos, censaos, pero en invierno quedámonos ochocientos.  

Yo empecé en el 65 de pre-aprendiz, aquí venía gente de Quirós y de Proaza, había una empresa de autocares, y hubo una época que escaseaba mano de obra, y la empresa mandaba un autocar con algún portugués que trabajaba aquí, y llegaben andaluces y portugueses, que vivíen en unos barracones ahí mismo… Hasta había alguno que entraba con paragües, tú donde vas. “Coño, que llueve mucho, que me mojo”. Seguridad poca o nada, había pocos recursos económicos, comparao con Hunosa… Traíes la ropa que sobraba en casa, el calzao teníes que compralo tú. Yo trabajaba los sábados, y hasta los domingos, que había que reparar las maquinas pa empezar el lunes. Siete días a la semana. Que yo vivía a cinco kilómetros, que había que bajar caminando, y el día que llovía… que yo estaba en el taller, en Entralgo, y no pegaba el sol desde el 26 de noviembre; y hasta el últimu día de febrero no volvía el sol por una esquina. Que aquí no teníamos el mes de ir pa Castilla; ¿sabes lo que hacíamos? El que tenía vaques, ir a recoger la hierba. Pero aquí, yo doy fe, yo les vacaciones era con mis padres, que yo decía, caray, pa tener estes vacaciones estoy mejor trabajando.


Pa bajar el mineral, tenemos en el archivu del pozu una fotocopia de un acuerdu del Consejo de Ministros del año 1902 que autoriza a Minas de Teverga a construir el ferrocarril de Entralgo a Caranga; en Caranga enlazaba con el [ferrocarril] de Fábrica Mieres de Caranga a Trubia. Minas de Teverga pagaba un canon que te puedo decir, creo que eran quince mil pesetas, está en el libro. En el ferrocarril bajaben el maquinista, el fogonero y tres mineros de freno, que tenían que ir de vagón en vagón frenando porque era un plano inclinado. En el año 63 desapareció el ferrocarril, en el 65 yo ya vi las locomotoras aparcadas, y empezaron a bajar el carbón en camiones. Cogió la concesión Hijos de Jesus Fernández de Proaza, el Morico, que fueron los accionistas de la empresa cuando marcharon los Carrillo. Como no le pagaban le regalaron las acciones y él pensaba que era rico, y lo que le metieron fue un pufu… y él regaló las acciones a Vitorino pa que se hiciera cargo del pasivo, y él protestaba porque a Vitorino le dieron un montón de dinero público, y él era de aquí, pero él no tenia apoyo político. Y Vitorino siempre se manejó bien, con los de aquí y con los de allá, con el Pesoe y el Pepé…

Pero cuando entré en Figaredo por Hunosa, el tema de conversación cuando te estabes cambiando, era, cuánto te queda pa jubílate, y cuánto dinero te queda… Y pa llegar a los 52 años empezaron a descontar días de güelga, que los llamaben el IVA, cuánto te metieron de IVA, dos, tres meses más de trabajo. Yo no daba crédito, yo que venía de Teverga, de una mina privada… 

Hubo dos accidentes en los años setentayalgo, una explosión de grisú que quedaron enterraos dos mineros ocho días hasta que los sacaron; y hubo otru que fue un artilleru que se puso a disparar una pega, y se conoz que por la falta de experiencia se puso detrás de los vagones; claro, movieronse los vagones con la explosión y lu aplastaron.  Y a diario brazos, piernes… Había un botiquín y se cumplía con les normes de seguridad… Menos mal que luego ya se metió en el convenio la ropa y las botas de seguridad con puntera metálica. Los salarios en Hullasa ya siempre fueron bajos. A mí me tocó negociar un convenio y nos equipararon con minas de Figaredo… Y la economía era mixta, la mayoría de la gente tenía sus cuatro vacas, y luego ya equilibrabas el fin de mes. Silicosis, pa dar y tomar, hasta que se inventó el sistema de inyectar, yo arriba en el pozu tengo un martillo que explico a la gente… Yo conocí familiares que murieron de silicosis y tengo la escena grabada de abrir la boca y no respirar. 


Hombre,  cuando esto funcionaba y había jornales, en Santianes, donde está el pozu, había seis bares. Aquí entonces había un nivel aceptable. Un cine, con cuatrocientos asientos, que los domingos daba hasta tres sesiones, y luego fue pista de baile.  Y hoy qué nos queda, la Ruta del Oso, con too la controversia que hubo; pero coño, en el Cares toos los años se mata uno; que por supuesto, tú lo que no puedes hacer en la senda ye ir como un locu. Ahora con les bicicletes hay cuatro empreses que ocupen los talleres de abajo. Óscar nació en Zaragoza, pero él diz que ye de Teverga, y tien casi doscientes bicicletes. Esta otra empresa ye de dos hermanos, que los padres compraron la nave. Mira, esa familia son de Galicia y ya se queden en el hotel, y uno con otro vamos manteniéndonos por el verano, que también hacemos la Ruta de les Brañes pa que la gente vea cómo los pastores sacaben partido de todo lo que teníen, la verdad es que eren verdaderamente inteligentes. 

Vamos a ir hasta el pozu, mira… 


El pozu San Jerónimo lu compró el ayuntamiento cuando la mina estaba intervenida, pero no miren pa ello, tu date cuenta de que no está acabao. El candao ni siquiera tien llave, entra y sale quien quiera. Hará unos años entraron unos a robar y nos llevaron todo el cobre; y yo sigo insistiendo pa que nos pongan una rejilla por el cristal donde entraron, pero como si ná. Eso si, un día que quedó una luz encendía vino la policía municipal a búscame pa que subiera a apagar. Mira el exterior, solo plantaron unos pinos… El trozu esi de galería que hay fuera lo construí yo con unos amigos, pero no hay perres pa restaurar la máquina. Mira el martillu que te decía, que lu restauré yo mismo, mira la manguera de inyección. . Y la escalera pa subir al castillete, el castillete vino de Inglaterra de segunda mano, y había que subir a güevu y con material al hombro, mira, como si ná (Y Juan, a sus 89 años, sube por la escalera como un gatu. No me atrevo a pedirle que suba con elmartillu, por si acasu)
 … la maquinaria, vamos a bajar, está casi restaurada, los contactores, el compresor, pero sin el cobre que nos robaron… y mira los frenos de madera del mecanismo de la jaula, de madera, pa que no calentasen…