Semana I P.O. (post opositionem)
Táctica utilizada: "Pa cojones los míos" (sic, Jesusón dixit), con la variante Billy Elliot: "¿Porqué no podemos hacer cosas normales?"
A ver, amiguinos, después de 35 días, cinco semanas, hoy volví a la disciplin... bueno, volví al emérito, amado, y nunca bien ponderado Grupo Ciclista Buenavista, AKA (tambien conocido como, pa los que aprobasteis les oposiciones) "el ejército de Pancho Villa" o "de cada casa un paisano". Y sí, cinco semanas haciendo ciclismo por lo oscuro, a deshora, con premeditación y alevosía. No, hoy tocaba volver a ver a los amiguinos, a esprintar por la Calzada, a ver quien dice la mayor tontería. Pocos amiguinos hoy: familia, vacaciones, la Sacagüeyos en Luarca (si, señora; si el nombre ye esi, imagínese el recorrido)...
Y volví a los ochenta kilómetros, que es donde mas o menos estaba hace cinco semanas, y volví al ciclismo rutinario, sin brillo, al picu y la pala. Todos pensamos en Anglirus, En Alpdehues... pero no, hoy tocó la Asturias profunda, los caminos, les caleyes, los charcos, un poco de barro, menosmalqunollovióquesinotragamosaguacomocoríos (señora: un corío ye un pato), les sebes, el cuchu en la carretera. Nada del otro mundo, Gijón, el Escamplero, Pruvia... Nada de glamour, apenas 660 mts de subida, pero repechos... mamma mía, como puede haber tantos repechos casi a nivel del mar.
Ya de entrada Jesusón (que pesa casi el doble que yo, el primero por la izq en la foto) nos metió una engatada en El Gallinal que recordaba a Huerces o al Tourmalet. Salida por la cárcel de Villabona (tras perdernos, of course) y paso rápido delante de la cárcel, no fuera que nos conocieran. Y no, en Villabona no pudimos ir por lo suave: cogimos la cuesta del pueblo, en el que tienen que amarrar les pites (señora: las gallinas) para que no caigan.
Y así al concejo de Llanera, pero no a las urbanizaciones ni a los chalecinos (saludos, Ana), no, eso está muy plano: subecaleya bajacaleya agachate y vuelveteaagachar estonuncaseacaba. Muy guapo sobre el mapa, pero con mas trampas que las carreteras de "El Virginiano".
Y de vuelta ya entrego la cuchara, menos mal que me junto con los veteranos (res ad triarios pervenit, algo aprendimos en la Facu) que me esperaron como campeones (si, pero por mucho que te esperen, como tu no des pedales...). Afortunadamente apareció Fernandón para revolver el avispero y se llevó a los gallitos hasta Trubia.
Bueno, ya veis, ciclismo de fesoria, sebe y juramentos en arameo, no todo va a ser el podium y dar besos a las azafatas y los raminos de flores y el leonín de Credit Lyonné (ya sabeis que lo mío no son los idiomas) . Para besar a un príncipe...
Y el lunes, el Tour.
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