Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







sábado, 3 de noviembre de 2018

WINDOW


(Dedicado a Pedro Díaz López,  Last of the Tevergans, aprovechando la reciente fecha de su jubilación)
No, señora, no ye el sistema operativu; ye que hoy, aprovechando el buen tiempo, descolgué la Calurosa... Si, ya sé que había prometido que hasta el 31 de diciembre; pero ya sabeis, de lo prometido... El pronóstico era favorable, los colegas insistieron,  puente- acueducto de cinco días, Marina bajó a Madrid y el gatu echome de casa...

(... Os lo juro. Cuando Marina salió por la puerta, el silvestre felino (Cheo Feliciano dixit) trazó una raya en el suelo y dijo: deaquinopaseshastaquevuelvaMarina,cabrón;  y como lu tengo a dieta, lleva tres días mirandome fijamente y preguntandome cuando vuelve Marina, lo cual puede hacerlo a las tres de la tarde o a las cuatro de la mañana; y hoy plantose delante de la puerta y hasta que no salí y dejé toda la casa para él, no estuvo tranquilu)

- Cuando el grajo vuela bajo... 
- Cuidado que viene Carbajo...  (Y José María, y Michael, y Jesús, y Conchi)



Descolgué la Calurosa y como no podemos hacer cosas fáciles, nos tiramos al puerto de Ventana, que une Teverga cn santu Emilianu, por León. Y sí, hace una semana hubo temporal. Si habéis visto esos huracanes en Florida, con la playina y los barcos, imaginaros esto en la carretera de Trubia a San Martín. Árboles derribados a cascoporro; el comentario general, "esto no ye nada, si vierais en lunes pasado"; restos que hacían al aproximación en coche, cuando menos, dudosa. José María y Conchi habían hecho un reconosimiento tástico (si, está bien escrito) ayer en coche y dijeron que se podía pasar sin ningún problema; pero eso, como la carta de muchos restaurantes, es "orientativo".  Y sí, la salida de Teverga es fácil (si llevas la motosierra encima de la bici), el Parque de la Prehistoria, qué bonito; pero después de Cueva Huerta empieza el baile, aunque no sea un puerto duro si es constante... y la nieve, al borde de la cuneta, acojona al más pintado. El río, con la crecida, se ríe del Orinoco, prohibido caerse.  Eso, cuando ves la nieve y no está tapada por arboles, ramas, ramones (no, señora, el mi amigu, no; una rama grande),  hojas, espinas, matojos, cardos, pinchos, navayes, focetes... total, que lo lógico es que alguien pinchase, y quien va a ser si no este humilde raposu. 


Pinchazo justo en Páramo, justo en medio puerto, justo en las únicas casas abiertas. Habitadas no, porque resulta que los rústicos lugareños habían dormido todos en Oviedo. Y como ya estaban hartos de paliar nieve, deciden hacer una fiesta de prau para ayudarme a arreglar la Calurosa: uno tira, el otro estira, el otro encoge, el de acullá apreta, esti trajo la segadora... reiros del coro de médicos de "El rey que rabió". Cuando acabamos con la Calurosa (en mas de un sentido) y arranco puerto arriba, el comentario más suave es "esti no llega arriba ni en lanrover"; y de mi habilidad con la ferramienta, lo más halagüeño es "ni p... idea". 


Pero si, subo, pali pali, es un puerto que de por si es suave, no hay grandes repechos. La motivación es máxima, la temperatura agradable, de momento hay poco tráfico, todavía hay fuerzas a pesar del parón... Y subo, por lo civil o, más bien, por lo criminal. Las fotos arriba son impresionantes, nieve por doquier, Ubiña y el Fontán, Santo Emiliano ahí abajo... 

Pero amigo, ahora hay que bajar, y los pies empiezan a decir que no llega la sangre (os lo juro, llevaba calzapiés). Así que decido utilizar la táctica utilizada por los romanos en su conquista de Australia: un par de hojas del "Marca" de ayer debajo de la chaqueta y a full, para abajo. No hace falta pedalear, podría llegar a la Plaza sin gastar un gramo de energía. Pero el frío, coño, que frío. El descenso del Sporting fue una película de Cantinflas comparado con esto; lo de Dante Aligheri a los infiernos, una broma, además, el colega había ligado con la tal Beatriz. Para los que lo conozcais, Ventana es un cañón glaciar, el río, hace miles de años decidió que tenia que abrirse paso si o sí; el sol, cagón, ya no entra hasta abril. Los dos carriles de la carretera, que bien, suena eso... entre nieve y vegetación se convierten en uno solo, y gracias; y qué casualidad que empieza a subir el tráfico de los que deciden ascender a hacerse la foto antes de comer; y qué casualidad que me los encuentro en las curvas, y qué casualidad que soy la parte débil; y qué casualidad que la temperatura empieza a caer donde no entra el sol, es decir, en casi todo el recorrido. 

- Tu sigue entrenando, chaval, que en enero hágote yo un contratu con el Hunosa Team... 
- Tamos guapos...

El único acicate es el encuentro con mis dos estupendos amigos, Jose y Nieves, las dos últimas personas a las que contaba encontar aquí, un soplo de aire fresco (No, os juro que, a pesar de su pinta de mafioso, Jose Ovies nunca ha estado en Corleone). Pero hay que seguir bajando, y los dedos de las manos deciden que quieren rivalizar con los de los pies a ver cuáles tienen más frío, y me encuentro frenando con solo dos dedos por maneta, siempre con la espada de Damocles de un nuevo pinchazo. En Cueva Huerta el panorama es dantesco; allí no va a entrar en sol hasta que Aznar reconozca que se equivocó en algo, alguna vez; o sea, me temo que... Hasta se agradece una pequeña subida que me hace calentar el cuerpo serrano; y tras este pequeñisimo repecho, el valle se abre, quedan un par de horas de sol, la bajada suaviza.  

Y como hoy es el día de Murphy, todos los restaurantes de Teverga están petados; y para acabar, el Polar me dice que el esfuerzo de hoy ha sido "razonable"; y entonces es cuando cojo la bici y, no la tiro al río, porque está prohibido arrojar basuras bajo multa de...

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