Con lo de Yulen cabe admirarse del gran país que somos, capaz de articular toda esta obra en menos de medio mes. Admineremonos de lo que se ha hecho en Totalán en apenas dos semanas, de como nuestro país ha realizado un milagro (perna del desenlace final). Felicitémonos de ser el gran país que somos, de nuestra capacidad técnica y humana como pueblo. Que gran vasallo si hubiera gran señor.
De repente nos hemos enterado de que tenemos una Brigada de Salvamento Minero (por cierto, homenajeada en Sama en 2012 como recuerda mi amiga Juana García) con un nivel de capacitación y de entrega inigualable. Los americanos presumen que sus marines nunca dejan a nadie atrás. Bueno, pues aquí (aquí, en Sama, en el Fondón) tenemos a nuestros marines del hachu y el martillu que harían palidecer a esos marines de pantalla. Los de la Brigada, los mineros (ay, cada vez menos...) esos médicos de Hunosa, esos ATSs (perdón: en el pozu, aún se dice... se decía: el praticante). Nuestros hermanos, nuestros primos, los padres de los guajes del mi instituto. Esos pozos mineros silentes, cerrados a cal y canto, que invitan a llorar cada vez que pasas delante, esa minería que tanto ayudó a hacer grande a España, a Asturias...
Para no hablar de la improvisada comuna organizada por los vecinos de Totalán que han puesto comida, agua, alojamientos, armas y bastimentos a disposición de todos los participantes en el rescate sin preguntar ni una sola vez quien iba a pagar todo esto. Eso si que fue un verdadero 15-M, esta acampada improvisada si que ha merecido la pena. En un país en el que un pelotudo se libra de la cárcel al pagar 19 millones ( y sale del juzgado diciendo que todo ha ido perfecto) y en el que nadie ha dicho una palabra de quien va a pagar todo el rescate, cabe preguntarse cuantos rescates se podían haber hecho con esos 19 kilos. Ay de vosotros si debierais 19.000 euros a Hacienda. Acaba de decir la radio que con ese dinero se podrían pagar cuarenta becas doctorales para investigar el cáncer cerebral. De los shows de la tele, ya ni hablo...
Y luego tenemos una clase política que da muestras diarias de una ineficacia cercana al absurdo, peleada si son galgos o podencos, dimisionarios, escindidos, protogolpistas de derechas y de izquierdas, protovenezolanos y filocatalanes, empeñados cada día en no aprovechar las maravillosas capacidades de nuestra fuerza laboral, de nuestros cada vez más escasos mineros, de nuestra (insisto en lo de NUESTRA) Guardia Civil, de nuestros estudiantes sino es para arrinconarlos en el paro, de nuestros empresarios salvo para pelarlos a impuestos.
Hoy es día en el que apetece arrinconar a tantos inútiles, fartones u comedores para gritar a pleno pulmón: VIVA ESPAÑA.
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