Hoy tocaba entrenar si o si, por Yulen, para que no hay mas Yulen. Hoy no era día para la pereza ni para las excusas, "está frío, no me apetece, verásyeque...". El matrimonio que me hizo la foto estaba montando los ruedines de una bici pa un guaje como de tres años, y ella está embarazada, guapa como una rosa. Inevitable no pensar en el nenín del pozu. Y además hoy iba por los mineros de la Brigada y por la Guardia Civil que han montado un inmenso rescate de ingeniería humanitaria, en palabras del ingeniero que cordinó el rescate.
Y coño, tocaba entrenar porque ya era hora, tres semanas de ganduleo, y porque hoy salió una cosa redonda, amarilla, cálida, ahí arribones, diz que en Castiella llamenlo sol. Después de que me subiera el asma a casa del demonio ahora estoy chutándome Urbasón por prescripción médica y estoy que me salgo,si no fuera porque la Calurosa V tiene telarañas. Y toca salir para probar el cuello a ver como va mi artrosis cernical (¿o era cervical?) gracias a los denodados esfuerzos de Cristina, la mejor fisioterapeuta del mundo y parte del extranjero al oeste del Nalón (antes de la riada). Después de más de veinte sesiones, Cris, redios, no me estiro ni dos centímetros más, a pesar de que a veces sales del fisio sintiéndote como eses pobres muyeres jirafa de Áfricaa.
Faena de aliño, dos horitas por Gijón, poniendo la ferramienta a punto, viendo amiguinos (los ciclistas somos como los caracoles, cuando sale el sol echamos los cuernos a pacer). Por supuesto, la letra de esta crónica, en verde picoleto.
Y si, Nacho, algún kilo hay que quitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario