Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







martes, 2 de julio de 2019

PROPOSITO DE ENMIENDA (II)


Bueno, pues seguimos aplicando la táctica ACME al ciclismo. ¿Donde lo habíamos dejado? Ah, si lo de Ava Gardner y todo eso. 

A ver,  el siguiente punto en el catálogo es


PREOCUPACION, de eso vamos cortos, tengo la suerte de salir a disfrutar, no tengo obligaciones, nadie me persigue, no tengo que batir records... Si el año sale bueno (como 2018: 8.300 kilómetros, una burrada) mejor; si no, en mejores garitas tengo hecho guardia. Hubo año de hacer cinco cicloturistas, coger el coche, Ávila, Bilbao, Pirineos... Hombre, si acaso, mi única preocupación es quelos compañeros me respeten cuando ven que me quedo de los últimos, si no el último. Caray, que son veintypico años en bici, alguna historia tengo que contar (mirad el año pasado cuando "gané" la Vuelta Ciclista a Palencia). 

CULPA, de nada, de ninguna cosa, odio este concepto judeo-cristiano. Más que culpa tengo mérito, casi sesenta años y sigo dando guerra. Una vez, en una conferencia de montaña, le preguntaron a Ramón Portilla, uno de los mejores escaladores españoles (y una de las mejorespersonas que me he encontrado) si a él le gustaría (manda huevos la pregunta) morirse joven en la cima de una montaña practicando su deporte favorito. Respuesta de Ramón: "De eso nada. A los ochentaypico, en la cama y dando por ...).

MI VALOR COMO PERSONA/ CICLISTA DEPENDE DE CUANTO CONSIGA. buf, mal vamos, vaya frase de manual de autoayuda. Ciñéndonos al ciclismo, no tengo nada que demostrar, nada que conseguir. Mi único objetivo para mi próxima salida es dar las primeras pedaladas, ver como van mis sensaciones. Mi único objetivo en la bici es conseguir ser feliz, llegar a casa, mirar a lo que he hecho y plantearme mi próxima salida. 

VICTIMISMO. Bueno, está bien, soy un poco quejón. Vale, cuando me duele una uña aburro a toda la clase médica. A ver, tres operaciones de rodilla, dos atropellos (afortunadamente, ninguno de ellos mortal), este año llevo dos caídas, una mordedura de perro (y consiguiente trifulca con el bípedo animal dueño del de dos patas),tengo dos vértebras "tocadas" y la caida de Bilbao hace cuatro años  me costó casi 90 días de baja. Me han hecho más placas de rayos-X que a la momia de Tutankhamon. Cuando voy al médico, los diagnósticos van desde el "primum ne nócere, no te hagas daño" hasta el "vete al carajo" pasando por "ya tenemos una edad, hay que buscar otra actividad, qué se yo, el baile de salón, el macramé...". Cicatrices, a mi lado Al Capone era un aprendiz de bellotero. 

CHIVOS EXPIATORIOS. Ninguno, ni los médicos, ni mi familia (que siempre me dicen "cuidadín" cuando salgo), ni mis colegas del GC Buenavista, que parecen salidos del Tercio de la Legión. Prohibido quejarse, ni dios me hace caso. Si tengo razón, no discuto; y si no la tengo, para qué voy a discutir. Con tantos amigos que se me han quedado en el camino y con tanta enfermedad alrededor, no tengo derecho a tirarme en el sofá y decir "Hoy no entreno".

LOS "DEBERÍAS". Aquí la lista es interminable: debería dejar de comer cerdo (pero... está tan rico... Ezequiel for president), debería dejar los gintonics. la Volldam el alvariño (puedo resistir cualquier cosa menos la tentación), no debería cenar tan tarde, no debería ir a la cama casi después de cenar, debería hacer más ejercicio en invierno, debería ir a la piscina que está a diez minutos de casa, debería llevar el bidón SIEMPRE en la bici, debería llevarlo lleno, debería bebérmelo, debería hacerme un estudio ergonómico (y un huevu, chaval, con lo que cuestan), debería no madrugar tanto para andar en bici... De aquí a ganar el Tour no hay más que un paso. 

Y por último, allá en el rancho...

 MIEDO A LO DESCONOCIDO, en la bici, de eso nada. No hay miedo (preocupación por el tráfico, siempre), mi próximo día encima de la Calurosa va a ser maravilloso aunque, como Wylie E. Coyotelos planes no siempre salgan como estaba preparado. Este año llevo tres sesiones de más de cinco horas, estoy empezando a hacer subidas (Colladiella, Coru, Cubilla...); este finde espero subir Lagos... Bueno, el miedo guarda la viña, pero en bici sólo hay que temer que el cielo me caiga sobre la cabeza. Si tuviera miedo, no saldría en bici, ni cogería el coche, ni subiría o bajaría escaleras... Conozco mis límites, claro, sé de lo que soy capaz; pero como  dice mi colega Fernando Fernández, una vez en la bici soy de los que mete miedo al pánico... lo cual no quere decir que a veces cojo unas pájaras que parecen una bandada de buitres. 

Todo esto se resume en mi camiseta favorita, os acordáis, la de "no vais a poder conmigo, cabrones". Aquí puedo aplicar la táctica diseñada por otro gran estratega, Germán "el Mono" Burgos, segundo entrenador del Atleti: "al frente, hasta con una cucharilla". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario