Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







jueves, 20 de septiembre de 2018

¡¡7.300 KILÓMETROS!!


Como decía Clodulfo en "La venganza de Don Mendo", "más brilla hoy el sol/ aun siendo el mesmo". Y el motivo es que en el día de hoy, cautivo y desarmado el ejerc...

(Cagonlespites, ya  se me fue el santo al cielo)

Como os contaba, hoy he ticado 7.300 kilómetros. 

Los mismos que el año pasado. Una atrocidad.

Es decir, estoy al mismo nivel que el año pasado. Y aún me falta un mes para colgar la Calurosa y dedicarme, por fin,  a descansar. Da miedo pensar lo que podría haber sido de no haber tenido esta primavera cercana al Armagedon metereológico, o de no haber parado el mes de julio por las maldita oposiciones.

Para llegar hasta aquí ha habido una conjunción astral: ganas, empuje, buen horario (me temo que con este nuevo horario este año voy a trabajar todo lo que no hice en nosecuantos años), cabezonería... Y un pacto con el diablo, ahora que soy influencer ya puedo vender mi alma al mejor postor en Ebay. No se trata de que pasen o no los cincuentay muchos; se trata de no rendirse, de vencer la tentación de mandarlo todo a paseo y marcharme a jugar a las cartas como un jubileta. Pero como decía Kipling, aún me queda la irresistible voluntad de resistir. Y como todo fausto tengo mi Margarita particular, Marina, que cuando me amenaza la flojera me saca a entrenar aunque sea de las orjeas, no sin antes decirme: "Cuidadín, ¿vale?"

En este mes que me queda de entrenamiento (como veis  en la foto, ya empieza a oscurecer más pronto y a menguar la luz) sopitas y buen vino, que me quiten lo bailado. Ya he cumplido un objetivo, al menos hacer lo mismo que el año pasado. Ahora, me queda subir los Lagos (...por segunda vez este año) y la marcha del Grupo Ciclista a Covadonga para cerrar el año. Ahora puedo salir sin urgencias, sin reloj, sin cuenta kilómetros, sin sumar cada pedalada. 

Porque he disfrutado cada kilómetro como un jabalí suelto por la calle Uría. he recorrido Asturias de norte a sur,caleyas, autopistas, baches, agujeros, puentes, caminos vecinales. Sin salir de Asturias, es increible lo grande que puede llegar a ser, los recovecos y repechos que me he tragado. He ido a mi bola, en pareja comolaGuardiaCivil, en pequeño grupo, en gran grupo, en manifa. Con sol de justicia (¡caray con esta semanita!) o, como decían las brujas de Macbeth, "in thunder light and rain". A primera hora con el candil, antes del curro, despues del curro, con la comida en la boca, con el estomago vacío, con capas de ropa como una cebolla o con la mínima ropa establecidapor el decoro. Y salvo el inevitable RH - (rompehuevos negativo) me he reido, me he reido a carcajada batiente, a pecho descubierto, al frente con una cucharilla, he contado chistes, me han contado chistes, hemos dado voces. Y he tenido compañeros estupendos que, cuando han venido mal dadas, me han esperado y se han tragado mas de media hora debido a mi torpeza. 

Y en el capítulo de agradecimientos, vais todos conmigo, cuando me subo la cremallera del maillot cabeis todos en los bolsillos, los villaviciosinos, los filólogos, los (¡y las!) buenavistas, los olaris, mis fans con su presidenta vitalicia al frente (aunque,  Nuria, esto se me está escapando de las manos... va a haber que convocar elecciones. A la coreana, of course, y con permiso de la autoridad competente). Vosotros me dais fuerzas para arrancar cuando el sofá me tienta. Y eso que ahora soy influencer pedalógico, ya tengo 300 y pico seguidores en el blog, qué pensáis... Otra cita, Rubén Blades: "No se me pueden quejar/ que esto es bueno y muy barato". ¡Hasta escribo en La Nueva España sobre ciclismo! (Bueno... en la de Langreo, y gracias.

Así que a tomarselo con calma y a disfrutar cada pedalada hasta finales de octubre. Y no, no voy a cambiar la dieta. Y no, no voy a cambiar a Trek.

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