Esto era la Cenicienta que estaba llorando, toda triste y desconsolada, que no podía parar de llorar. Y de repente se le aparece el Hada Madrina:
- ¿Qué te pasa, mujer, que te van a salir los ojos de tanto llorar?
¡¡Ay, que les mis hermanes fueron al baile al palacio real, y yo no tengo ni traje, ni carroza, ni vestidu...- venga a sollozar- ¿y cómo me presento yo en el palacio?
- ¡Ay, mujer, no te preocupes!- respondió el hada despreocupadamente- A ver, ¿qué quieres? ¿Un vestidu? Pues hala, un vestidu... - Y con un toque de la variquina, apareció por allí un vestido de gasa preciosu.-
- Y habrá que lavar esa carina, y habrá que peinase un poco- otru toque y ya tenemos a la Cenicienta peinada y maqueada como una artista- ¿Y vas a ir con eses madreñes? ¡Qué va!- otru toque- !Hala, mira qué zapatinos de cristal de Gucci!. Y de taxi nada, a ver esa calabaza... Hala, ya tienes un Aston Martin- La Cenicienta flipaba-
- Y claro, tendrás que tener un chofer curiosu... A ver, esi ratonucu- un golpe de variquina, y aparez un cachas uniformau al volante- Hala, ¿Ves qué facil? Venga, arranca pa el baile; pero mucho ojo, tienes que volver a las doce de la noche en punto, porque si no, se te va a poner el ch... como un melón.
Y Cenicienta, que ya estaba subida en el coche, casi no oyó esta última parte y dijo:
- Si, hala, bueno, venga, hasta luego... - y allá que se arrancó pa el palacio real a toda pastilla...
Y cuando llega, claro, como ye la más guapa, pues el príncipe va a por ella y la saca a bailar, qué buena está, y empieza a sobarla, y la Cenicienta ya ni conocía... Y al poco dice el príncipe:
- ¡Venga, a cenar todos!- Y la lleva a la mesa imperial, y se pusieron las botas: entremesas, carne, pescado, champgane, licores...
Y de postre, melón.
Y el príncipe, sin cortarse, empieza a morder el melón, y a chuparlo, y a sorber... Y a Cenicienta se le salían los ojos. Y entre mordisco y sorbida el príncipe pregunta:
- Oye, Cenicienta... ¿a qué hora dijiste que tenías que volver pa casa?
Y dice ella despreocupada:
- Nada, a las tres, a las cuatro... no hay prisa...
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PROPINAS: No podía marcharme sin éste.
Hay un congreso de la OMS, cinco mil médicos en un salón de actos enorme.
Se levantan los rusos y dicen:
- Nosotrrrros tenerrrrr mujerrrr con pechos más grrrrrrandes del mundo.
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PROPINAS: No podía marcharme sin éste.
Hay un congreso de la OMS, cinco mil médicos en un salón de actos enorme.
Se levantan los rusos y dicen:
- Nosotrrrros tenerrrrr mujerrrr con pechos más grrrrrrandes del mundo.
Aplausos, vítores, vivas, admiración...
Se levantan los americanos y dicen:
- Ou yea, pues nosotros tener mujer con pechos más pequeños de mundo...
Aplausos, vítores, vivas, admiración...
Y de repente se levanta un cubano y dice:
- Oye, chico, pueh nosotroh tenemo una muhe que tiene el clítorih como un melón...
Y todo el mundo se queda parado, sin saber que decir, hay un cesconcierto general. Un médico por fín levanta la mano y pregunta tímidamente:
- Oye... ¿de grande?
Y dice el cubano:
-¡¡Nooooo!! ¡¡DE SABROSÓOOONNNNNNNN!!
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