Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







jueves, 11 de agosto de 2011

Atraco (gastronómico) en Ávila



Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Comer bien fuera de casa es como los billetes de avion a tres euros, o la virginidad de María, o como los billetes de quinientos euros: Todo el mundo oyó hablar de ello pero nadie lo vió. Nos habien regalao por navidades un bono de hotel de esos "por la web". En Avila había dos hoteles disponibles para el 6 de agosto: El Rondo, superocupado, y otro hotel en Hoyocasero, a una hora escasa de el Barraco. Bueno, no sonaba mal, ¿no?

Pues no tanto. Resulta que el hotel no tenía gana (o mas bien no quería, porque tiene una cocina cojonuda) de complicarse con la comida. Y en todo el pueblo, aparentemente, no habia ni un solo restaurante, a pesar de estar en fiestes (de pueblu, claro: borrachera, discjockey y se acabó) , así que tuvimos que ir a comer al camping: comida precocinada por doce euros, tómalo o déjalo... a las cuatro de la tarde.

Pero lo mejor estaba para venir por la cena. nos recomendaron la famosa Venta del Obispo, que por cierto era el único restaurante ¡en cincuenta kilómetros a la redonda, os lo juro! Cuando entramos solo habia una pareja cenando, eso ya nos tenía que haber hecho sospechar. Tras encargar unas raciones, tuvimos que pedir a la dueña que, si no era mucho inconveniente, nos pusiera, por favor... un mantel. Ya la dueña se espabiló y accedió (sin que nosotros le dijeramos nada) a ponernos los cubiertos. Tras lo cual tuvimos que pedirle que, si no fuera abusar, nos pusiera unos platos. Comida: Unes patates braves picantes como el "Play boy", una ración de quesu (esa si que era buena y abundante) y una ración de lomo que no pudimos terminarla de lo mal sazonada que estaba, a pesar de la fame del mediudia. ¿La cuenta? En la memoria de la paisana: Ni factura, ni recibu, ni apuntao en un cachu de servilleta. (Eso si, no fue caro)

Yo no voy a decir que todos los bares de Ávila sean como estos dos ejemplares que acabo de citar, pero qué mala impresión da, especialmente cuando uno viaja con ilusión y gana de gastar perres pa que te traten bien. Pero bueno, viviendo y aprendiendo... Esto se llama "Aprende pa la próxima".

No hay comentarios:

Publicar un comentario