Pa empezar, seis kilómetros fueron de calentamientu por la orilla del río. Yo creía que el ciclismo era así de fácil, y además hoy había poca peña, pero Velino (el buenu), Castillo y Marino decidieron caneame un poco. El recorrido, el de siempre, a Tolivia, la fuente del pantano y Tiñana. El tiempo, genial, incluso un pelín caluroso. Bueno, se supone que estábamos entrenando, así que intenté aguantar con el trío "La-la-la" (estes son les que ganaron Eurovisión con Massiel, pero teníen les piernes más guapes). Aguantar significa hasta Tolivia, donde ya quedé solu con Velino, que pa mi ye como Barne Rijs. Poco a poco fueron cayendo kilómetros, subimos a Ladines así como el que no quiere le cosa, pero si Velino no me soltó veinte veces ye porque tien más paciencia que el santu Job. A veces me entra la desesperación, por que si ya lo paso mal en un entrenamientu en casa veremos cuando vengan los grandes recorridos. Resultado, llegué con la lengua fuera y les pates cargaes como pegollos. Tamos guapos pa subir la Cobertoria mañana...
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