PILI
… Que yo estuve veintisiete años
en Hunosa, la mayor parte en María Luisa, y cuando me jubilé y empecé a caminar
pa manteneme en forma, iba por el paseo; y al llegar al Pompián y enfilar así,
que veía el castillete, yo los primeros días lloraba…
Esti fue un rescate que lu hizo
Chema, más que los de la Brigada, que los de la Brigada estaben allí, pero fue
Chema, y esta foto ye un casu de estudio; esti fue un señor que cayó ciento y
pico metros por el pozu de la tierra; y cayó por un espacio así de pequeñu, que
dices tú cómo pudo haber caído por ahí. Esti del medio ye Quirós, el que ye
ahora alcalde de San Martín, y esta soy yo, que mira lo que tuvimos que hacer,
vendalu, la camilla, asepsia lo que se pudo, y todo eso ahí abajo; pero fue
Chema el que lu sacó, que hizo un rapel de esos que haz él en montaña, y sacó
al paisano con un arnés, y luego ya pudimos nosotros ponelu en la camilla.
Yo soy de la primera promoción
que hicimos DUE, diplomada universitaria. Y no llegué a entrar en la Seguridad
Social, y en aquel momento no había bolsa de trabajo, y teníes cero puntos;
entós Corsino Palacios, que era vecinu de mi padre dijo, mientras la cría no
tenga trabajo, porque yo de aquella era una cría… si quier venir por María
Luisa pa aprender, y estuve allí en practiques sin cobrar nada, que de aquella
eses coses ni se miraben; por no mirar, nadie me pidió el título; y de repente
hubo una baja, y yo llevaba allí casi un añu, necesitaben gente, y ya me
contrataron directamente en el ’82, primero mensualmente y luego definitivo. Y
yo fui viendo que aquello gustábame, y que valía, y nosotros de aquella
estábamos infravaloraos… buf, un ATS de empresa, y encima con mineros… Y al
final, fueron veintiseis años.
Pero un ATS de Hunosa tienes que
hacer de todo, estás solu mucho tiempo, tienes que atender emergencias, hacer
radiografíes… no ye solo la técnica, tienes que hacete cargu de la situación en
un momento, somos un poco todo-terreno, tienes que diagnosticar cuando no está
el médicu, interpretar la radiografía, valorar la gravedad, mandalu o no pa’l
hospital. Cuando empezamos a hacer cursos de reciclaje, de emergencias, los de
RCP, y yo siempre decía lo mismo, en la Residencia en Oviedo, en el Adaro… Los
de UVI móvil saben la leche, pero nosotros teníamos una ventaja tremenda,
estamos trabajando con gente que conocemos. Eso facilita el trabajo y pa otres
coses ye un hándicap, cuando hay algo gordo… Y contábente coses de la familia,
y de los críos, y claro, del historial del paisano tú ya sabíes vida y
milagros, gente que conoces de siempre, acuérdome de los nombres, de les cares…
Y son gente a les que tienes cariño.
A diario no te aburríes, ojos,
espaldes, manos… ojos, muchísimos. Un porcentaje altísimu a diario de les primeres
cures son ojos, que hasta se contabilizaben, y había una estadística, los ojos
teníen un apartado especial, polvo de carbón, piedres, lesiones oculares,
muchísimes. Yo fui de les primeres mujeres que entró en Hunosa, y pasaben todos
por el botiquín, “a ver a la neña”, y eso que nunca tuve problema. Un día
picaron al timbre… picaben cuando picaben; y abrí, y entró un vigilante de esos
así, trabau… Concretamente, el padre del actual alcalde de San Martín, que
luego estuvo allí de mineru de seguridad; y diz él, que venga el
praticante; Y dije, no, soy yo; y cómo
que yes tú, que venga un praticante; no, mire, que soy yo… Ah, no, no, que
venga el praticante, qué mecagonmimadre va a atendeme esta guaja. Y los
primeros años, de usted, al principiu… Y al poco ya se acostumbraben, ya era,
qué ye, que no está ninguna de les Neñes… Eso sí, ya con mayúscula, con
respeto; que luego ya sabes que aquí en la Cuenca era la Paisana, la madre,
también en mayúscula; pero a mí nunca me faltaron al respeto, y sólo tuve
buenes palabres. Jamás. Bueno, siempre hay algún faltosu…
Y el respetu ganamoslu
trabajando, porque éramos muy buenos profesionales porque los tratabes como
gente normal, no como brutos; son brutos pa lo que son, pero después son de lo
más respetuoso. Cuando rompes el hielo y el paisano ve que sabes lo que estás
haciendo, que los escuches… Y fue un trabajo fabulosu, yo no lo cambiaría por
ningún otru. Hombre, había picaresca, los que teníen hierba, cuando había
güelga, les visites al botiquín aumentaben, unos echando morro, otros
pidiéndotelo por favor y otros autolesionándose, una vez llegó a decime uno,
“pa el trabajo que me cuesta a mi córtame un deu…”. Y no, no te estaba
vacilando, teníen una técnica, enchufaben la manguera del aire y quedaba el deu
dormiu… Y yo digotelo porque me lo contaben. Pero en general… son muy buena
gente, el trabajo era muy duru, y muchos eren de la parte de arriba, y teníen
ganao, sobre todo pa compensar aquelles güelgues tan grandes que teníen, que
pasaben meses sin cobrar.
Les güelgues… una vez hubo una,
y había la casa cuartel al lao del pozu, les cases blanques, y teníamos muy
buena relación con la Guardia Civil. Y ellos guardaben el Cuatro Ele en un
aparcamientu dentro del pozu, y claro, un día hubo una barricada a la entrada
del pozu y no lu podíen sacar. Y fueron a los del piquete, menos mal que de
aquella no había móviles pa grabalo, y dijeron los del piquete, bueno, vale,
pero tenéis que quítalo vosotros y volver a ponelo… ¡Y hicieronlos volver a
poner la barricada! Era la idiosincrasia de estes cuenques. Que les güelgues no
eren por el rey, ni la república, qué va, era por la negociación de los
convenios, una subida del sueldu, más ropa, coses concretes, mira aquelles
bolses de Hunosa pa llevar la ropa, que todo el mundo les tenía, yo cada vez
veía menos al paisano con la toalla enrollada debajo del brazu.
Nosotros al pozu bajábamos… yo la
primera vez fue de visita, pero yo no me imaginaba lo que era una rampa. Y la
primera vez que me dijeron, tienes que metete por ahí, y tienes que metete con
el equipo, manejar el material en la oscuridad… Siempre vas con alguien, les
cures estás sometida a presión, aunque fuera una herida pequeña. Siempre que
había gente trabajando, veinticuatro horas, y sábados y domingos cuando había
mantenimiento, teníamos que estar en el botiquín. Y no era solo el arranque,
era también la maniobra, materiales, meter madera, la maniobra era muy
peligrosa… Bajábamos una vez a la semana, era bueno pa nosotros, que
practicábamos, y pa los mismos mineros, que supieran lo que teníen que hacer,
cómo evacuar a un heridu, y eso gustaba mucho a la gente, y veíen que tú te
implicabes con ellos. Ojo, que veíes a aquellos cachos de paisanos, con una
barriga así, que hasta y cuesta respirar por la calle, y veslu picando por la
rampa con el martillo y cantando… Y todo tien su riesgo, la mina cambia, está
viva, cuando pasaste dos días antes por allí era diferente… Y a veces avisa,
los cuadros que pusiste unos días antes ya no están igual, les capes no son
iguales.
Y yo igual, cuando entraba uno
por el botiquín ya veíes si te la iba a dar o no; y habíalos que teníen la
espalda hecha polvo y decíente, yo no puedo, yo no puedo, yo tengo que
trabajar. Hay los dos extremos… Y llegábate una persona que te decía, duelme
mucho aquí, y a lo mejor no veíes nada, pero ya te dabes cuenta, esti si se
queja ye por algo. Y les condiciones laborales que teníen, les cases, que lo
primero que había era ventilar les cases, higiene personal poca o nada, lavase
así, la ropa nunca secaba, el traje, la funda, de aquella no teníen repuestu… Yo
recuerdo perfectamente cuando empezaron a dar jabón, les toalles de Hunosa, y
eso fue haz relativamente poco. Ir un día a la playa en verano era aire, luz,
les barriades eren muy fríes. Y los cambios de temperatura en la mina eren muy
malos, ahora estabes sudando y cambiabes de sector y veníate una corriente que
te dejaba tiesa.
Eso que dicen que los mineros
son lo más machista que hay, eso ye mentira. Gente machista hay en todos los
lugares y en todos los colectivos. Pero la mayoría estaben contentos de que les
fíes estudiáramos, y saliéramos adelante, y que fuéramos a la universidad. Y yo
que trabajé siempre con ellos tendría que lo haber notao, pero no
especialmente. Y si te tienes que enfrentar con alguien porque te dicen una
barbaridad, eso ye mineru y no mineru. A mí jamás en la vida me faltaron al
respeto. Y el que lo haz mal en casa, y no recoge, no va implícito a ninguna
profesión ni al sitiu donde vivas, haylo en toos los sitios. Y romper barreres,
pues yo creo que sí fuimos modelos, fuimos pioneres en un colectivo tan cerrau,
diez años antes no y pasaba a nadie por la cabeza que nosotros estuviéramos
metíes en un botiquín, y había mil quinientos paisanos, y cuando nosotros
entramos era chocante. Que al principiu iben a venos, claro que iben a venos,
meca, hay una moza… y al principiu era un desfile, meca, que me duel aquí, que
me mires esti ojo, y sabíes que era mentira.
Médicos trabajé con todos, en
María Luisa llegó a haber cuatro médicos a la vez. Los mayores eren don, don
Honorio, don José Crespo, don Laurentino, coincidí con don Manuel [Vázquez] … con
don Cándido, Vicente, Chema, Fernando… Y trabajé mucho con Ramón Fueyo, que fue
un gran médicu, persona y amigu. En el Adaro trabajé con Sergio, y decíame que
teníen que dar vino en les comides, era parte de la dieta. Yo al Adaro fui a
aprender a poner escayoles. Y cuando empezaron a quitar el vino, había gente
que tenía delirium tremens. En María Luisa tuvimos un señor que rompió les dos
piernes, y estaba escayolau, y teníen que y dar un vasu de vino con les
comides. Y un día llégame al botiquín que lu había parao la Guardia Civil, a
que y hiciera un justificante de que él tenía que tomar vino, y cómo y iba yo a hacer un papel, bueno, hombre, si te hago
eso quitente el carné de por vida.
Y acuérdome que una vez bajaste
tú, que coincidimos en la jaula, que bajaba yo con Chema a hacer practiques y
estabes tú con unos extranjeros… Que había una señora que me parecía que no
estaba muy contenta…
Meca, ye verdad, eren suecos que habíen venido al instituto, y claro,
qué yos íbamos a enseñar, la mina. Y bajó un rapazón suecu, muy grande, que lu
pusieron a picar, y los paisanos encantaos; pero la señora aquella ya bajaba de
mala gana, y ya miraba mal… Y nada más bajar a la galería, que no y que no, y
hubo que volver a subila…
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