Como dijo el abuelo Groucho: "Partiendo de la nada llegaremos a las más altas cimas de la miseria". También recogido por el general Custer: "De victoria en victoria hasta la derrota final"







miércoles, 19 de julio de 2017

HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA.


 - Un regalín que os hago.

93 km, 19,2 km/h, 4º40',128 ppm, max 151 ppm, 2.098 kcal. 

Hoy, efectivamente fue un gran día, una sensación que no tenía desde hace tres años (ya sabeis, el accidente...). Desde 2014 no entrenaba así, a mi bola, relajado, solo, con calma... Cicloturismo en estado puro, vamos.
Puede ser que decidiera entrenar solo, sin presiones, sin ir a rabo de los demás. Puede ser que, efectivamente, TOMÉ LA MEDICACIÓN (chupé Ventolín como pa una boda). El casu ye que a las 09:00 ya estaba subiendo la Madera, siempre a mi bola. 
Entonces, cuando completé La Madera, decidí adoptar la "Táctica Poyaque": Po ya que estamos aquí, vamos hasta el Berrón; pos ya que estamos aquí, vamos hasta la Pola, a ver qué quedço del Carmín; pos ya que estamos aquí, vamos hasta Nava, que este año ya se me había frustrado dos veces este año..


Y en Nava tomé la decisión del día: cortar por Camás, que ya hacía un montón que no pasaba. Tenía miedo, no me acordaba bien, a pesar de que mi güelu (que fumaba dinamita) era de Torazu, y mi güela (que bebía estricnina, y decía aquello de que "De Camás, el santu y námás; y si me apures un pocu, ni el santu tampocu). Tuve que preguntar a un rústico lugareño, que amablemente me dedicó una mirada de "¿Qué hará esti gilipollas por aquí solu?". Pero las indicaciones eran buenas: subida suave y cuatro kilómetros llaneando hasta La Encrucijyá. 
Y aquí llegó el premio: casi 15 kms. de descenso suave hasta Villaviciosa (¡Perdón! La Villa...). Una vez aquí, cambio de táctica, pasamos a la "estrategia Hunosa", apretar un huevu contra otru y tira p'arriba, El Gobernador, La Esperanza y El Infanzón. 
Y aquí entra otra tercera táctica, la "GC Buenavista", que para algo entrenamos por aquí todo el invierno; como jugar en casa, vaya. Así que mira por donde, les osties que me dieron el Presi y Alfredo sirvieron pa algo. 
Y para terminar, un homenaje a mi esposa Marina, que se ocupa de la intendencia: agua a manta y comida como pa cuatro cavadores al llegar a casa. (Y un mensje siempre al salir de casa: "Cuidadín, ¿vale?")

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