CUENTOS DEL CASÍN (Y III)

(Esta también va dedicada al gran Vicente González de CANGAS, en desagravio por haberle cambiado el apellido hace unos días. Va por ti, maestro.)

Pasada la entrada del pueblu de Tarna, un pocu más arriba del Museo delUrog... bueno, de eso que ficieron ahí... hay una curva muy afayaiza donde pega mucho el sol y da gusto ver la tarde según cae por encima del Cantu del Oso.  Una tarde de principios de marzo, sentando en una piedra, rodeado de lesprimeres nieves del puertu, hay un casín vigilando unes cuantes oveyes. En esto pasa un Audi 4 con los esquíes en la baca del coche; gente joven de Oviedo,  pijinos. El conductor, pelo engominao y gafas Ray Ban, dice a su acompañante, la típica periquina rubia tonta del bote: 

 - Espera, vamos a tomar el pelo a estí rústicu, estos casinos ignorantes... - Y aparca el coche al lado del pastor. Bajando la ventanilla, da un alarido: 

- Oiga, ¿de quién son esas ovejas?

 El casín sin inmutarse (no lo había dicho estos días, pero ya lo sabéis: el más tontu de los casinos ye abogau) contesta: 

- De otras más viejas...

El pijastro encaja el golpe, vaya  listo el colega, y continúa preguntando: 

- Oiga, ye que vamos a esquiar a Tarna... ¿Habrá mucha nieva arriba?

El casín, como Clint Eastwood, no mueve ni una ceja: 

- Yo la nieve siempre la ví en bajo, nunca la ví arriba. 

Nuevo directo a la mandíbula, caray con elpaisano, ya me está sacando de quicio... 

- Verá, ya que vamos a esquiar arriba al puertu... ¿hay mucha distancia hasta arriba?

El casín ahora es una mezcla de Chuck Norris y Steven Seagal (¡¡os juro que tengo un colega que dice Stifen Senegal!!): 

- La misma distancia que de arriba hasta aquí. 

Hasta que ya el pijastro revienta: 

. Oiga, ¿y aquí como llamen a los hijos de puta?

- Aquí no los llamamos... vienen solos a esquiar desde Oviedo. 


(Y MAÑANA EMPEZAMOS CON LOS CHISTES DE VASCOS!!)