EL WATER DEL GALLEGU

Un campesino de una aldea de pa arriba de Santu Viriquixu do CovadeLobo, en la provincia de Ourense, estaba haciendo obra en casa y tuvo que poner un nuevo inodoro. Con esa intención, y con poques perres en el bolsillo, bajó a la capital del concello, donde se dirigió a un almacen de materiales de construcción. Al entrar, lo recibe el encargado, todo amabilidad: 

 - ¿Y qué quería el señor?

- Eu... quería un water así pa el monte... así de aquella manera...bueno, ya sabe como digo...

El comercial, que no se había enterado de nada, coge el catálogo de materiales y le comenta: 

- Bueno, mire, tenemos este de marmol de Carrara, italiano puro de importación, es el que tiene el Papa y el que tienen en la Moncloa, no le digo más... 

El gallego saca su lado más conservador y pregunta: 

- ¿Y cuanto vale?

- Hombre, este, desde Italia, con todo el lujo que lleva... quinientos euros. 

- ¡Ah carallo,válame a virxe do Guadalupe, ¿y no tiene otro?

Nueva página del catálogo: 

- Bueno, miere, tenemos el de siempre, el de Roca, el de toda la vida, el que tenemos casi todos en casa, que da muy buen rendimiento... 

- ¿Y a cómo?

- Bueno, este como se está vendiendo todos los días, el precio baja a los cien euros... 

- -Y de donde voy a sacar yo cien euros, si nada más que tengo un par de vaquiñas? ¿Y no tendrá otro?

Últimas páginas del catálogo. 

- Hombre, tenemos el modelo turco... Ya sabe, un poco más incómodo, un agujero en el suelo y una placa base; pero tiene la ventaja de que sólo vale cincuenta euros. 

El gallegu aparta la vista hacia el techo. - ¿Y de dónde quiere que saque yo cincuenta euros? ¿Qué voy, a robar un banco?

El comercial, ya desesperado, se rasca la nuca... 

- Bueno, mire... la verdad... hay otro modelo, pero... no viene en el catálogo y ahora no lo tenemos en existencia... pero...- y se toca la barbilla- es que solo cuesta diez euros...

- ¡Ese! ¡Ese es el que a mi me vale!

- Si, claro, pero como no lo tenemos aquí... lo tenemos que traer de fábrica... Bueno, usted lo deja pagado, suba para el pueblo y ya se lo mandamos por correo. 

Con que el gallegu saca dela cartera un billete de diez Euros que había visto la guerra de Melilla y sube para la aldea. A los siete días llega el cartero con un paquete de tamañomediano y, tras firmar el recibí, el gallegu saca la guadaña para cortar las cuerdas del paquete. 

Dentro solo hay dos palos de unos 80 centímetros, más o menos, terminados en pico. El pobre hombre no sabe qué hacer con los palos, así que vuelve al comercial: 

- ¡Oiga, que llegóme esto, pero como no tiene libro de instrucciones y no dijo nada el cartero, pues no sé como funciona...!

- Ah, si, claro...Verá, los dos palos son pa c***r en el monte

- ¿Y cómo que pa c***r en el monte?

- Si, hombre, si... un palo pa colgar la chaqueta...y otro pa espantar a los lobos...