Un cabo de la Guardia Civil de tráfico se levanta un día con el pie torcido y dice a su compañero:
- A ver, hoy vamos a ir a la rotonda y al primero que pase nos lo calzamos, porque ya estoy harto: que si lo de Roldán, que si la Casa Cuartel está hecha un desastre, que si no nos dan uniformes nuevos, que si nos pagan una mierda...
Y efectivamente, se dirigen el cabo y el pareja a la rotonda que tienen asignada, y al primer coche que pasa, un hombre ya mayor, ¡Alto a la Guardia Civil!
- A ver, carné de conducir.
- No, verá, es que... (ya os dije que cuando alguien os empiece con "verás, ye que..." echéis mano a la cartera, o a la pistola, o a las dos cosas)
El guardia apenas puede suprimir una sonrisa por lo bajini:
- Hay que llevar siempre el carné de conducir. A ver, el carné de identidad.
- No, es que tampoco lo llevo encima, como olvidé la cartera.
El guardia empieza a salivar:
- Hay que llevar siempre el carné encima... A ver, los papeles del seguro.
- No, verá, es que lo tengo caducado, y no sé si lo llevo encima...
El guardia aulla:
- Hay que llevar el seguro en regla. A ver, los papeles del coche.
Y el hombre dice:
- Eso si, espere, que nunca los saco del coche, verá, ahí tiene...
Y de repente el guardia se pone firme, blanco como un papel, saluda militarmente...
- Usted perdone.-... Ha sido un error... es que no nos habían dicho nada... Una confusión, como no nos lo habían comunicado... Continúe, por favor, a sus órdenes, usted disculpe, buen viaje, a sus órdenes...
El hombre escapa como alma que lleva el diablo. El compañero, confuso, pregunta:
- ¿Pero no decías que al primero que pillásemos...?
- ¡¡Calla, calla, que era el General Motors!!
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