Un señor entrado en años, bien vestido, buen sombrero, buena gabardina, entra en una barbería un jueves por la mañana:
- Oye, mira, córtame el pelo que marcho a Roma con el INSERSO a ver al Papa.
Y el barbero, que ya conoce a su cliente más que de sobra, le aborda:
- Pero Juanín, no me fastidies, ¿cómo va a ir con el INSERSO? Estás solteru, no tienes gastos... vete a una agencia de viajes, hombre...
- Que no, que no, que yo quiero ir a ver al Papa con el INSERSO, tu córtame el pelo curioso...
- Juanín, no me jodas... Tienes dos pagues en casa, una de Ensidesa... Vives con la tu hermana que te lava la ropa... Hazme casu, hombre, gasta les perres y vete a una agencia de viajes en condiciones....
- ¡Que no, que no, tu córtame el pelo que yo quiero ir con el INSERSO a ver al papa...
- Pero mira, Juanín.... Esos viajes del INSERSO ya os los hacen en un autobús más vieju que la carraca, a ver si os estrelláis y quitáis unes cuantes pagues a la Seguridad Social; y tráten-vos como al ganao, que no os dejen ni bajar a mear; y la comida, lo que sobra de los restaurantes según vais pasando, que lo se yo; y el hotel, van a metevos en un pulgueru, lo más barato que encuentren. Y de ver al Papa, de eso nada, que váis a ver al Papa como de aquí a un kilómetro.
- Bueno, ye igual, tu córtame el pelo, que marcho a Roma con el INSERSO a ver al Papa....
- Bueno, bueno, yo córtote el pelo, pero luego no me digas que no te avisé...
Con que a les tres semanes vuelve Juanín por la barbería...
- Oye, córtame el pelo, que ya vine de Roma de ver al Papa con el INSERSO.
- ¿Qué, lo que yo te decía, eh?
- Calla, chaval- interrumpe Juanín mientras se desparrama en el sillón- No tienes ni puta idea... Mira, pa empezar, el autobús nuevu, de paquete, a estrenar, con pantalla de video en todos los asientos, aire acondicionao, y tenía un retrete así al subir por si alguno teníamos gana y no tener que parar; y había un asistente que te pasaba cada poco con bebida, con agua, con un refresco, con lo que quisieras... ¿Qué te parez?
Y la primera parada ya fue en Zarauz a desayunar en lo de Arguiñano, que eso ya lo llevábamos pagao, y salió la hermana a saludanos, y él no salió porque estaba grabando un programa. ¿Quiés más?
Y luego fuimos a Paris, y allí vímoslo todo porque nos acompañó un guía español pero que había nacido allí, porque el padre era un republicanu de aquellos de la guerra, y aprovechando que pasao mañana ye el día de la república, y conocía aquello como la palma de la mano, y por la noche llevonos al bató much esi...
Y en Roma el hotel, oye, cuatro estrelles, y habitación doble con cuartu de bañu; y pa comer, de bufé, frío, caliente, carne, pescao, y como pa repetir...
Y al día siguiente lleváron-nos al Vaticano, y oye, en primera fila, allí alante del todo. Cómo sería, que llegó el Papa en el carruchu esi que tien, y parose así donde estábamos nosotros, y vino justo pa'l mi lao, y púsome la mano así encima de la cabeza, y dijo:
- Ah, Juanín, ¿quién fue el hijo de puta esi que te cortó el pelo tan mal... ?
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